Aquí estamos de paso
Excesos de galpón y tango
El juego de egos revueltos puede beneficiar a Milei y electoralmente a Sánchez, pero no a sus países
El peregrino que hace el Camino de Santiago a caballo, que no es muy frecuente, pero resulta una gratísima inmersión en la naturaleza y los tiempos antiguos, goza de un privilegio singular, que es un permiso limitado a primera hora de la mañana para entrar hasta la Plaza del Obradoiro y dar fe fotográfica y anímica del final del viaje ante el apóstol. Luego hay que salir de la ciudad para dejar paso al resto de peregrinos. Compromiso de los caballistas es dejar las calles tal y como se las encontraron, es decir, limpias de cualquier residuo sólido, fundamentalmente excrementos. Lo más práctico es que uno o varios de los viajeros o sus acompañantes vayan limpiando in situ y en tiempo real los restos biológicos de los animales.
Uno imagina hoy en un papel muy parecido a ese a la Excelentísima Señora Ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de la República Argentina. Diana Mondino, una veterana economista formada en España, lleva un año 2024 de auténtico viacrucis. Su jefe, el impulsivo e irritable Javier Milei, se mete en un charco tras otro con la ambición del colegial encantado de estrenar katiuskas. Empezó con Brasil, su primer cliente exterior: se ocupó de Lula con afirmaciones como «zurdo salvaje» y así. Luego llamó ignorante al presidente mejicano, asesino al colombiano Petro o «empobrecedor» al chileno Boric. Todo ello sin medida ni pudor, sin aparente temor a las consecuencias no ya políticas sino, fundamentalmente, económicas y comerciales para un país como Argentina cuya economía no está para fiestas y menos brindis macarras al sol. A día de hoy casi la mitad de los argentinos es pobre, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos: un 41,7 por ciento. La inflación se acerca al 270 por ciento, y 11 de cada cien argentinos no es que sean pobres, es que viven en la indigencia. Cierto es que una sociedad con trauma semejante es mucho más receptiva a soluciones mágicas o ungüentos económicos salvadores y tiene tendencia a aupar charlatanes y ponerse en manos del populismo. Pero esa misma situación incuba una crisis social inevitable si la respuesta prometida no es la adecuada. Los argentinos, que votaron mayoritariamente a Milei, siguen manteniendo su confianza, pero si no hay respuestas es posible que tras la prueba error pesen estos últimos tanto como para convertir la decepción en incendios callejeros. Caldo hay, y leña dispuesta también. Pero a día de hoy es inevitable la imagen de un gobierno enredado en tramas que despliega, como un hombre araña de los excesos, un presidente que parece completamente alejado de su obligado compromiso institucional.
La señora Mondino, veterana, formada y dicen que eficaz, consiguió resolver la crisis con Brasil, atemperó las cosas con Colombia y es posible que consiga avenirse con Méjico. Ahora tiene trabajo con España. El empeño de su jefe en ignorar la diplomacia y su compromiso institucional hace que su ministerio de Asuntos Exteriores y Culto se vea más obligado a apagar incendios que a promover encuentros, a desfacer entuertos que a fijar amistades. A limpiar las caquitas en lugar de abonar territorios.
Cabe pensar que este último episodio hispano argentino no vaya a más, pero el juego de egos revueltos que tan lúcidamente llama mi admirado Pablo Pombo crisis de laboratorio, porque parece un cálculo estratégico elaborado, puede beneficiar electoralmente a Sánchez y como propaganda a Milei, mas dudo que a sus países les aporte algo más que espectáculo de galpón y excesos de tango flamenco y porteño.
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