El trípode

Expeditivo 19 de abril

La tradición de la Iglesia incluía a san Expedito como mártir, tras ser ejecutado por Diocleciano por su conversión al cristianismo.

Hacer algo de forma «expeditiva» tiene el significado de hacerlo con urgencia, radicalmente, sin dilación, sin enredarse en trámites u obstáculos. Lo que no es tan conocido es que esa característica de la conducta humana venga asociada a un legionario romano mártir y de nombre Expedito, cuya fiesta precisamente se celebra hoy 19 de abril.

Expedito era un comandante de los siglos III-IV perteneciente a la Legión romana Fulminante XII desplegada en el territorio de lo que hoy es Armenia, que estaba al mando directo del emperador Diocleciano, recordado por ser el autor de unas persecuciones a los cristianos superiores en crueldad incluso a las de Nerón. La tradición de la Iglesia incluía a san Expedito como mártir, tras ser ejecutado por Diocleciano por su conversión al cristianismo. Parece ser que en el momento de su conversión, un cuervo (que representaría al demonio) se le habría manifestado gritando con un claro graznido «cras, cras, cras», que en latín significa «mañana, mañana, mañana». Interpretando Expedito que era una tentación para que aplazase su decisión para el día siguiente, habría respondido aplastando al cuervo con el pie y gritando «¡hodie, hodie, hodie!», que significa «hoy, hoy, hoy».

En base a este hecho, san Expedito es representado en la iconografía religiosa con el uniforme de oficial legionario romano, con la palma de mártir, con un crucifijo en la mano derecha que tiene escrita la leyenda «hodie», y con un cuervo aplastado a sus pies y la expresión «cras, cras, cras».

«No dejes para mañana lo que debes hacer hoy» es la manera con la que el refranero popular recogería esta experiencia del militar romano, que pagaría su conversión con su decapitación el 19 de abril de 303 en la localidad de Melitene, al considerarla Diocleciano como una grave traición a su persona.

Incluido entre los mártires de esa localidad del imperio romano oriental, su figura desapareció del martirologio cristiano oficial en el año 2001, al no ser considerada segura en plenitud su historia, pese a lo cual su devoción continúa extendida por numerosos países, especialmente de América. Su culto es «aceptado aunque no reconocido» por la Iglesia, en términos similares al de figuras históricas como el mismo Carlomagno, por ejemplo. Una parte no menor de la devoción popular le sigue reconociendo como especial intercesor y protector de las causas justas y urgentes, y le atribuyen no pocos favores recibidos por él. Son numerosas las iglesias, templos y ermitas en las que su imagen sigue expuesta para la devoción de los fieles.