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Aquí estamos de paso

El golpe chino de guion que nadie esperaba

Siempre podemos sacar ventaja de una competencia que permite abaratar precios

Han venido los chinos a reventarle el mercado de la Inteligencia Artificial a los tecnológicos recién aupados al poder político trumpista el mismo día en que Google anuncia al mundo que a partir de ahora llamará de América al Golfo de México. Se arrodillan los del poder del algoritmo ante el nuevo rey del mundo después de haber invertido toneladas de millones de dólares en investigar y desarrollar unos sistemas de Inteligencia Artificial que les acaba de reventar una «startup», o sea, una empresita tecnológica por la casi simbólica cantidad de seis millones de dólares. Seis contra cientos de miles. Uno no entiende de tecnología, pero sí es capaz de comparar cifras y resultados y de ser cierto que esta nueva IA china, bautizada en inglés como DeepSeek, o sea «búsqueda profunda», solo necesita 2000 chips para desarrollos que los palmeros tecnológicos del trumpismo consiguen con decenas o centenares de miles y además, logra resultados mejores y más precisos, concluyo que el espectáculo se presenta prometedor.

Dice mi ilustre colega y maestro Miguel Ángel Aguilar que en tiempos de inundación lo que más falta hace es precisamente el agua. El agua potable. Se diría que en estos tiempos de desarrollo de la Inteligencia Artificial, lo que estamos viendo es la escandalosa escasez de inteligencia humana. Aquí parece ser que el más tonto hace algoritmos siempre que encuentre alguien que le rellene las cuentas corrientes y le pague investigaciones costosísimas y exclusivísimas. Luego van a la bolsa y se convierten en los reyes del mambo. O a la Casa Blanca y ganan. La empresa Nvidia, pionera en el desarrollo mundial de la IA, que necesita cientos de miles de chips para entrenar a sus modelos de inteligencia artificial, ha perdido en bolsa cientos de miles de millones de dólares de valoración. O de sobrevaloración. Con apenas seis millones, seis, que es seguramente la mitad de lo que cuestan las casas de estos neopretorianos del trumpismo, los chinos les han comido la merienda. Y puede que hasta el futuro.

Trump ya ha dicho que los norteamericanos se tienen que poner las pilas. Pero se ignora si ha aprendido él la lección. Una de las razones por las que los chinos han desarrollado su IA con muchos menos medios es porque no había otra forma de hacerlo. Las limitaciones que impone Estados Unidos, y que Trump piensa ampliar, provocan una escasez de chips que obliga a agudizar el ingenio.

No es una noticia para celebrar el que China adelante a Occidente en el desarrollo de la Inteligencia Artificial, al menos en este momento. Pero siempre podemos sacar ventaja de una competencia que permite abaratar precios. Y, en un sentido acaso más histórico, es interesante ver cómo espolea el cambio en esa élite que está empezando a frotarse las manos con su acceso al poder político. Y es importante que esto se revise también, porque la humanidad ha venido poniendo en manos de esta gente su organización social con la general dependencia de las redes. Ahora ellos se disponen a crear un mundo a su medida partiendo de lo que entre nosotros llevan años sembrando.

Quizá el golpe chino pueda servir para que eso también empiece a revisarse. ¿Y qué pasará? Cualquiera sabe. La tecnología y Trump nos brindan sorpresas y giros inesperados casi a diario.