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El trípode

Un histórico levantamiento popular

Un levantamiento popular y pacífico, en forma de una gigantesca manifestación para darle la voz al pueblo español en las urnas, es en la actualidad una imperiosa necesidad

Hoy 2 de mayo, es una fecha inscrita con letras de oro en la Historia de España por lo sucedido en ese día del año 1808 en Madrid. Para entonces, España había sido invadida con engaño por el ejército francés por orden del emperador Napoleón Bonaparte en pleno desarrollo de sus victorias –a excepción de la Gran Bretaña– por la Europa que aspiraba a dominar. Y aquel 2 de mayo, el pueblo madrileño se levantó espontáneamente cuando observó que las familias de Carlos IV y su hijo el rey Fernando VII eran obligadas a salir del Palacio Real para ser transportadas en carruaje a Bayona, al sur de Francia, por orden imperial. Esa reacción del pueblo madrileño, armado únicamente de palos y piedras y tan sólo con algunas armas de fuego, no tenía posibilidad alguna de triunfar ante la gran fuerza militar napoleónica invasora, pero capitaneado por los heroicos Daoiz y Velarde y el teniente Ruiz, opuso una feroz resistencia que galvanizó al pueblo español, que fue levantándose por todo el país contra el invasor en los días y semanas siguientes, con el alcalde de Móstoles como símbolo. Será el comienzo de la guerra de la Independencia que se alargará durante seis años hasta 1814. Esta referencia histórica es oportuno recordarla en el día de hoy 2 de mayo, a una España, obviamente muy distinta de aquella, y a una Francia por entonces, antes del ocaso napoleónico de 1815 en Waterloo. En particular es oportuno recordarla a España, dado que el protagonismo de aquel levantamiento le correspondió al pueblo madrileño primero y a todo el pueblo español a continuación. El motivo es que aquella reacción acredita una vez más el acierto de la frase atribuida al héroe de la victoria en Cartagena de Indias, el almirante Blas de Lezo: «Una nación no se pierde porque unos la ataquen, sino porque los que la aman no la defienden». Hoy España está sometida a un ataque no militar, sino mucho más sofisticado, astuto y peligroso, por parte de quienes están actuando cual los griegos infiltrados en el caballo de Troya. La «antiEspaña» está hoy en el Gobierno mediante una coalición ahormada por el PSOE sanchista y compuesta de comunistas, separatistas y sucesores políticos de ETA que desde hace siete años está diluyendo la identidad nacional e histórica de España, indisolublemente unida al catolicismo, para hacerla caer como fruta madura y sin violencia aparente, en el momento adecuado a sus oscuros intereses. Un levantamiento popular y pacífico, en forma de una gigantesca manifestación para darle la voz al pueblo español en las urnas, es en la actualidad una imperiosa necesidad.