A pesar del...
Israel, justicia y guerra
A Hamás no le importan los palestinos en absoluto; simularon esta preocupación para engañar a Israel
Antes de los brutales crímenes de Hamás, y la actual nueva guerra contra el terrorismo, el debate en Israel era sobre la justicia. En ambos casos hubo errores de información.
La reforma de la justicia planteada por el Gobierno de Netanyahu fue presentada como un ejemplo de hostilidad hacia la democracia y la división de poderes. Ahora bien, allí no hay constitución sino unas leyes fundamentales, y la Corte Suprema ejerce como un Tribunal Constitucional que establece la «razonabilidad» o conformidad de la nueva legislación con dichas normas. En las últimas décadas ha habido una politización creciente de la Corte, y la contestada reforma pretendía poner algo de límites a esta deriva. Naturalmente, todo esto es debatible, y era muy debatido en el país, como debe ser, porque hay que dar la bienvenida a cualquier acción suscitada por lo que se teme que puede ser una vulneración de la justicia, pero no parece un ataque a la democracia.
Lo que sí fue un ataque a la única democracia en Oriente Medio fue la matanza terrorista, racista y genocida, del 7 de octubre. Ha sido comparada con el 11-S o Pearl Harbour, en el sentido de que fue una sorpresa y ha desencadenado una guerra.
Hubo fallos de inteligencia e información, sin duda, pero también fallos estratégicos en la idea de se podía tratar igual con Hamás que con la OLP en Cisjordania, es decir, convencerlos de que transformaran sus territorios en zonas menos belicosas y más prósperas. Un dirigente de Hamás lo puso negro sobre blanco en una entrevista con Russia Today, explicando que como no participaron en guerras ni se unieron la Jihad, «les hicimos creer a los israelíes que estábamos ocupados gobernando Gaza, concentrados en los dos millones y medio de palestinos que allí viven, y que habíamos abandonado la resistencia. Y todo este tiempo, por debajo de la mesa, Hamás se preparó para este gran ataque». Se puede decir más alto, pero no más claro: a Hamás no le importan los palestinos en absoluto; simularon esta preocupación para engañar a Israel, mientras, como editorializó el Wall Street Journal, mantenían firme su objetivo: «matar a tantos judíos como sea posible». El pasado día 7 lo lograron. Es posible que a cambio reciban la justicia que le negaron a sus víctimas.
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