Sin Perdón

El lío que ha montado Sánchez en Israel

«Hay que mostrar más empatía con los israelíes, porque son las víctimas de los brutales terroristas de Hamás»

Sánchez se podría haber ahorrado el viaje a Israel. Es cierto que no tendría su heroica foto sobre el terreno rodeado de escoltas. Hay que reconocer que quedará muy bien en su álbum de fotografías. Por cierto, teniendo en cuenta su posición en favor de los palestinos no era necesaria tanta protección o el chaleco antibalas, que parecía de una talla menor como hacen algunos políticos con sus trajes y camisas para parecer más musculados. La parte formal estuvo bien porque sacó a pasear el rostro adusto y de mandíbula dura, aunque no impresionó a un curtido militar como Netanyahu, que fue, además, un excelente alumno de arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y luego en el MIT Sloan School of Management. Los dos se encuentran entre los más prestigiosos del mundo. Es bueno recordarlo porque la izquierda política y mediática, con unas trayectorias académicas bastante pobres, se dedica a ridiculizar a Netanyahu sin conocer su formación, tanto universitaria como militar, su capacidad de trabajo e inteligencia. A los progres españoles, que les gustan solo los palestinos, desprecian cuanto ignoran.

El viaje de Sánchez ha provocado una gran indignación en los israelíes que le han acusado de «apoyar al terrorismo». La superficialidad argumental de su discurso es sorprendente, aunque podría superarla leyendo algunos libros como los de Roland de Vaux, Rattery, Finkelstein, Silberman, Laughlin o Garbini que le permitiría tener un conocimiento más objetivo de la Historia de Israel. Me gustan más los textos elaborados por los investigadores de la época antigua, porque no están contaminados con la politización antijudía y propalestina que prolifera en muchos politólogos, periodistas e historiadores contemporáneos. Una consecuencia de ello es ese cuestionamiento de los derechos de los israelíes y la tendencia a culpabilizarlos cuando llevan siglos luchando por no ser exterminados como sucedió en la Alemania de Hitler, aunque con un fervoroso apoyo de una parte importante del pueblo alemán, en Rusia o en tantos otros países europeos como España. Es triste, pero es una realidad incuestionable. Hay que mostrar más empatía con los israelíes, porque son las víctimas de los brutales terroristas de Hamás.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)