Sin Perdón

Una medida muy desesperada

«El líder socialista ofrece otros cuatro años de gobierno con los peores enemigos de España»

Sánchez había insistido en que agotaría la legislatura. No tengo por costumbre confiar en este tipo de anuncios, pero es verdad que no me imaginaba que convocaría elecciones el 23 de julio con una parte de los españoles de vacaciones y sufriendo un calor agobiante. Creía que cumpliría este compromiso, pero no hacerlo es la marca de la casa. Estamos ante una medida muy desesperada motivada por un cálculo estrictamente partidista que fastidia las vacaciones de mucha gente. Lo razonable hubiera sido a la vuelta del verano. El desastre del domingo hizo sonar todas las alarmas. Pedro se reunió con Sánchez, para luego convocar a sus vasallos y comunicarles, como buen señor feudal, su sabía decisión. Es cierto que los próximos meses iban a ser una agonía tanto en clave interna, con los barones cabreados por haber perdido el poder, como externa. Hay que recordar el poder de la maquinaria propagandística monclovita y el fervor con que es acogida por el cuerpo de mariachis presidenciales.

Una de las esperanzas del barón feudal de La Moncloa reside en aprovechar los pactos entre el PP y Vox para movilizar a sus escuálidas huestes. Es una tezanada o chorrada. Espero que Muñoz Machado la incluya en el Diccionario de la Academia. A estas alturas, Vox no causa preocupación salvo a los políticos socialistas que se han quedado sin trabajo e irán a engrosar las listas del paro. Es el drama de la política actual, porque muchos altos cargos, asesores y otros palmeros no tienen dónde ir. La campaña del PP es muy sencilla, porque es suficiente con que recuerde diariamente quiénes son los socios de Sánchez: comunistas, antisistema, filoetarras e independentistas. Tras ello, puede hacer sus propuestas. Hay que ser firme y contundente. Es lo que espera el centro derecha. El líder socialista ofrece otros cuatro años de gobierno con los peores enemigos de España. No creo que el espantajo de la ultraderecha movilice a nadie, como se vio este domingo, mientras que las leyes de adoctrinamiento social, el autoritarismo democrático y sus peligrosos socios son un lastre que le conduce a la derrota.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)