Y volvieron cantando

Ministerios aunque sean de marina

Habrá que preguntarse si no crear un ministerio del menor, o del deporte o de la tercera edad supone un desprecio hacia la infancia, los pensionistas o los deportistas

La creación de gabinetes ministeriales por doquier brindando la imagen de un Consejo de ministros en el que faltaba habilitar sillas de tijera, elevando cuestiones propias de direcciones generales o secretarías de Estado al rango de ministerio y a gusto del socio de coalición, solo es comparable a esas otras épocas en las que campaba la famosa frase de «ministro, aunque sea de marina». Pues el tema se ha colado entre el elenco de asuntos de actualidad demostrando que, la factoría de argumentarios de la precampaña socialista, con centro de operaciones en La Moncloa pero muy coordinada con asesoramientos de carácter más externo y con la chistera siempre engrasada para la procreación de conejos, no parece haber aprendido de recientes errores puestos muy de manifiesto en la campaña previa al «28-M» como se refleja en el empecinamiento por hacer batalla política de cuestiones que, además de no estar en el centro de gravedad del debate de la calle, cuando son sacadas a colación lo que brindan es justamente un nuevo divorcio entre la estrategia monclovita y la gente de a pie. En las últimas horas y a propósito de las declaraciones de Núñez Feijóo en entrevista este martes con Alsina en Onda Cero, se ha puesto el grito en el cielo –con más de un analista entrando a ese trapo– por las afirmaciones del candidato popular a la presidencia del Gobierno en las que venía a confirmar que, además de derogar algunas leyes de la etapa sanchista, bajo ningún concepto se mantendrían con el rango de ministerios los negociados de Igualdad, de Consumo y hasta muy probablemente de Universidades o Cultura. Pues bien, ahora viene a resultar que, una propuesta que incluso cualquier avispado ventajista demoscópico recogería por estar cargada de lógica y razones como es la reducción de cargos públicos empezando por los ministerios y siguiendo por el rosario de asesores en cada uno de ellos, lo que viene a mostrar es toda una amenaza a la igualdad, al consumo bien concebido, a la cultura y al mundo universitario, o lo que es igual, un desprecio a los avances en esos negociados… ¡acabáramos! Habrá que preguntarse por lo tanto si no crear un ministerio del menor, o del deporte o de la tercera edad supone un desprecio y dejación hacia la infancia, los pensionistas o los deportistas. Ganas de enredarlo todo, no van a faltar.