Sin Perdón

«Nada Calviño», la eficaz «madame Excel»

«Sánchez, tras el fracaso del dóberman, ha decidido utilizar a Calviño como símbolo del milagro económico español»

El candidato socialista tuvo hace unos días un portentoso gesto de ingenio y dijo que «nosotros tenemos a Nadia y el PP a nadie». Por supuesto, los mariachis al servicio de la propaganda monclovita aplaudieron con enorme fervor. Eso de los aplausos se ha convertido en un lugar común. Lo mejor es que le compren un aplausometro o como se llame, porque necesita un subidón de autoestima tras el desastre del 28-M. Tras esa ocurrencia, me contaron, partiéndose de la risa, que la vicepresidenta era conocida en Bruselas como «Nada Calviño». Hay un cierto papanatismo hacía las instituciones internacionales y sus cargos directivos. El término «Nada» se debe a que no tenía ningún peso en la comisión, ya que el cargo de directora general de Presupuestos se circunscribe a recibir los datos y cuadrarlos en las hojas de Excel. No tomaba ninguna decisión. Por supuesto, su gestión se limitaba a recoger los apuntes contables y seguir su aplicación práctica. Era «madame Excel», una eficaz contable. Esto explica que los técnicos comerciales y los diplomáticos se divirtieran, aprovechando su escaso sentido del humor, denominándola maliciosamente Nada.

Sánchez, tras el fracaso del dóberman, ha decidido utilizar a Calviño como símbolo del milagro económico español que se estudia en las universidades de Stanford, MIT, Harvard, Oxford, la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, Bocconi y Toronto, por citar algunas de las que quieren crear cátedras con el nombre de la portentosa vicepresidenta Calviño. No importa que la cifra de endeudamiento sea colosal y no pare de crecer, porque España va como una moto y es capaz de ganar, gracias al gobierno socialista comunista, cualquier Gran Premio. Me asombró el tweet presidencial sacando pecho porque hemos superado los 20,9 millones de ocupados. No está mal teniendo en cuenta que somos los reyes de los fijos discontinuos, que es lo que podemos denominar economía imaginativa, y que el nivel de desempleo se encuentra en el 12,8. Por supuesto, al mejor estilo de «Nada Calviño» se olvida de compararlo con el nivel de población. Me temo que no recibirán el Premio Nobel.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)