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Editorial

Un paro de éxito por la Justicia independiente

Sin independencia judicial no hay Estado de Derecho. El sanchismo no vacilará. Un paro indefinido no puede descartarse

El principal argumento que nos hace concluir que la huelga de los jueces y fiscales ha sido un éxito rotundo e incontestable es precisamente los relevantes y significativos esfuerzos del Gobierno, en la persona del ministro Félix Bolaños, por infravalorar el alcance de las adhesiones en los órganos jurisdiccionales del Estado. En estos tres días de paros, el Ministerio pasó de ningunearlo a movilizarse en todos los canales posibles para contrarrestar la versión de los togados y abrir una guerra de cifras que no ha hecho otra cosa que dejar en evidencia su relato manipulado. Ayer se cerró una movilización que ya se puede calificar de histórica y abrumadora contra la reforma Bolaños que consagra un modelo politizado de la Justicia y que socava decisivamente el pilar que calibra la consistencia del Estado de Derecho. También que neutraliza un acceso a la carrera judicial cimentado en el mérito y la capacidad en el marco de una absoluta imparcialidad e igualdad para todos los aspirantes. Es definitivo sobre la voluntad artera de la ofensiva del sanchismo el que persiga una catarsis del sistema por la fuerza sin pretender siquiera un acercamiento a los directamente afectados y con un carácter de emergencia extraordinaria que únicamente puede sostenerse en razones de interés particular de un régimen cercado por los casos de corrupción instruidos por la Justicia independiente que quiere abolir. Durante años se han congelado las plazas necesarias con promociones minúsculas porque nunca había dinero para encarar la Justicia del siglo XXI, y de repente, sin cuentas públicas, se convierten 1.004 personas en jueces y fiscales mediante un proceso ad hoc sin garantías. Se agolpan en suma los motivos para una contestación frontal. Desde el mencionado proceso de estabilización, la reforma del Ministerio Fiscal para controlar desde el poder la instrucción y la investigación, la eliminación de pruebas teóricas, la preparación dependiente del Ejecutivo, la aberración del cuarto turno... La tramitación de urgencia para su entrada en vigor de manera inmediata rubrican que no responde al bien común ni que su propósito es honorable y recto. El sanchismo nunca se ha manifestado como colaborador ni respetuoso con los jueces y fiscales independientes, sino al contrario, la guerra sucia ha sido la constante, incluso para acabar con esta huelga. El modelo de Sánchez y Bolaños no es Europa, también han mentido apelando a que todo era una exigencia comunitaria, sino el Tribunal de Pumpido y sus togados, los referentes bolivarianos y el uso alternativo del derecho. Bolaños debería pensar hasta dónde está dispuesto a llegar y cómo quiere ser recordado. Está a tiempo de escuchar a jueces, fiscales, Europa, la opinión pública e incluso la izquierda judicial, que se está bajando del barco. Sin independencia judicial no hay Estado de Derecho. El sanchismo no vacilará. Un paro indefinido no puede descartarse.