Al portador

Las pensiones en Cataluña con y sin pacto fiscal

El problema de los «indepes» es que las cotizaciones sociales en Cataluña no dan para pagar las pensiones en el Principado. Más aún, necesitan más de 5.000 millones anuales de la caja central de la SS para abonarlas y ahí callan

Jaume Vicens Vives (1910-1960), quizá el mayor historiador catalán, defendía que «la historia es la maestra de la vida, pues nos enseña a evitar los errores del pasado y a buscar soluciones para el futuro». En 1954 publicó «Noticia de Cataluña», todo un aldabonazo catalanista en pleno franquismo. El libro, tan citado como poco leído –dentro y fuera del Principado– desarrolla lo que Vicens llama «isostasia histórica» de Cataluña, algo así como una adaptación atrevida de la teoría que explica el equilibrio de las masas en el interior de la corteza terrestre. Ahora, los comicios adelantados, la candidatura de Carles Puigdemont, el fugitivo separatista autoexiliado, como lo llama el Financial Times, y sobre todo la exigencia de Pere Aragonés de una especie de Concierto Económico para Cataluña –al estilo del País Vasco o Navarra–, al que el Gobierno no ha dicho que «no» por ahora con contundencia, ponen en peligro hasta los últimos equilibrios, ya muy precarios. La isostasia, lo explica la ciencia, puede ser quebrada –ocurre de vez en cuando– por movimientos tectónicos o incluso por cambios en las grandes masas de hielo.

Aragonés, y Puigdemont reclamará más si vuelve a presidir la Generalitat, exige que Cataluña recaude el 100% de los impuestos. Utiliza la amnistía como ejemplo para presumir de que «había cosas que eran imposibles y ahora lo son». El Gobierno de Sánchez, que depende tanto de ERC como de Junts, se ha puesto más o menos de perfil, parapetado tras las siempre confusas explicaciones de la «vice» María Jesús Montero, que quizá deba aclararse ella a sí misma. Aragonés ha prometido un fondo de solidaridad con el resto de Comunidades, pero temporal, señal de que, con toda la recaudación en la mano, no tiene intención de repartir nada. Eso sí, toda la independencia económica que reclama deja al margen a la Seguridad Social (SS) y a las pensiones. Es tranquilizador para los pensionistas catalanes, pero incongruente. En España las pensiones las pagan las cotizaciones de los trabajadores en activo y, claro, no hay deuda histórica por ninguna parte. Es la solidaridad intergeneracional. El problema de los «indepes» es que las cotizaciones sociales en Cataluña no dan para pagar las pensiones en el Principado. Más aún, necesitan más de 5.000 millones anuales de la caja central de la SS para abonarlas y ahí callan, porque pone en solfa parte de la aireada suficiencia económica. Si el Concierto catalán sale adelante las pensiones serán el último eslabón que impida el quiebro final de la isostasia, no solo catalana, de la que hablaba Vicens.