Cuartel emocional
Jueves negro
Puigdemont sólo hizo realidad, sólo confirmó en un hecho la frase de San Mateo “pedid y se os dará”,
Sí, el pasado jueves ha sido negro y aciago. Los titulares, los cálculos y las previsiones quiméricas del día anterior se cayeron, como se caen muchas primeras en los periódicos, o muchas hojas en otoño, y la noticia la confirmaban los medios a primeras horas de la mañana: la infamia estaba ya ratificada, rubricada, la venta de una parte de España se consolidó. Puigdemont sólo hizo realidad, sólo confirmó en un hecho la frase de San Mateo “pedid y se os dará”, porque eran necesarios sus siete votos para la investidura de un individuo que muchos no imaginamos cómo tiene el valor de salir en los medios a justificar que donde dijo una cosa, ahora dice la contraria. Y sus lacayos inciden en que no es por hacer presidente a Sánchez sino de mejorar España. A todos nos invade la desesperanza, el país va a sufrir, pero, dice Feijóo, se recuperará. Veremos, peores cosas están ocurriendo en el mundo, sin duda, donde el conflicto de Israel y los terroristas de Hamás han opacado a la guerra de Ucrania. ¿Qué ha sido de ella?, ¿qué ha sido de Putin?, ¿cuántos muertos más se han producido? “Baza mayor quita menor”, según recoge José María Sbarbi en su diccionario de refranes, adagios, proverbios, modismos, locuciones y frases proverbiales de la lengua española, tan vapuleada hoy en día, pero es que nos referimos a guerras donde mueren personas y, a pesar de ello, la crueldad de los acontecimientos nos sume en una pasividad que resulta no solo inhumana sino también insólita e incomprensible.
A Alejo Vidal-Quadras le han pegado un tiro, no se sabe todavía quien, pero dicen que podría tratarse de “el fascismo religioso iraní”, contra el que el ex miembro del PP y Vox luchó gran parte de su vida. El ex diputado del Parlamento de Cataluña es de esas cabezas desaprovechadas que ha tenido la política española, de una inteligencia poco común, gran contertulio con argumentos de una solidez pétrea. En sobremesas de Ana de Palacio –otra gran cabeza de nuestro pasado político que además daba muy bien de cenar-, brillaba con soltura y con amenidad cuando debatíamos entre amigos el momento que vivíamos que, ¡ojalá!, un día pudiéramos revivir y pasar página de esta pesadilla bochornosa que nos deja de nuevo en el vagón de cola como país tercermundista que tiene que tragar con hechos como los que estamos teniendo que soportar.
En Portugal, el ya ex presidente Costa se muestra como un extraño ser y dimite por corrupción, a pesar de ser socialista, ítem más: uno de los referentes del socialismo europeo, porque en estos momentos de la vida política ser socialista, al menos en España, significa ser deshecho de tienta, despojo sin honestidad con escasas excepciones, si bien el dirigente portugués deja su cargo al ser investigado por prevaricación y tráfico de influencias. Me pregunto qué ocurriría con los que tenemos en el poder si fueran investigados, aunque teniendo en cuenta que la justicia está actuando de forma abyecta y rastrera –también con excepciones-, no es de extrañar que puedan sacar adelante sus nauseabundos pactos con la anuencia de los Tribunales, mayormente el Constitucional, y la Fiscalía General del Estado, absolutamente vendida al sanchismo.
CODA. Se habla de un affaire amoroso entre una socialité mejicana, afincada en España y el príncipe heredero de Dinamarca. Es difícil opinar de lo que se desconoce, pero, a la vista de muchos, resulta de total intrascendencia ya que es un asunto que no importa más que a su propia mujer, la princesa consorte. No es algo que haga temblar los cimientos de aquella monarquía. Los antecedentes de su padre, Enrique de Monpezat, gran aventurero que dio grandes preocupaciones a la Reina Margarita, fueron bastante más temibles que un simple paseo por Madrid con una muchachita que siempre gozó de flirteos con aristócratas, hijos de escritores ilustres y gentes por el estilo. Ella sabe elegir.
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