Canela fina

La política de Puigdemont roza el esperpento

«Las concesiones en los acuerdos ERC-PSC no son un paso hacia la federalización, sino hacia la confederación, hacia la independencia de Cataluña»

En el callejón madrileño del Gato se instalaron dos espejos, uno cóncavo y otro convexo, que deformaban la imagen de los paseantes. El genio de Valle-Inclán los incorporó a su obra Luces de Bohemia, elevando el esperpento al lenguaje literario. Una buena parte de lo que ocurrió ayer en Cataluña, protagonizado por el prófugo golpista Carlos Puigdemont, rozó ese esperpento valleinclanesco. Una región española, habitualmente tan seria y constructiva como Cataluña, no se merece el circo montado por un delincuente derrotado en las urnas.

Eso no avala el acuerdo ERC-PSC. A mi manera de ver, Salvador Illa es el mal menor y su discurso de investidura exige respeto y análisis objetivo, si bien Alfonso Guerra anticipó en unas certeras declaraciones su rechazo al camino sanchista hacia la confederación.

Siempre consideré a Alfonso Guerra un político inteligente y sagaz. Coincidí con él en el Jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras y aprendí entonces a admirarle. Intervino en los debates de forma moderada, prudente, demostrando un notable conocimiento de la actualidad literaria. Mi posición ideológica, lejana en muchos aspectos a la suya, no me impidió poner los pies sobre la realidad y subrayar la calidad humana e intelectual de Alfonso Guerra. Frente a la imagen pública de un político sobreactuado y agresivo presencié la versión razonadora y flexible de aquel hombre en su época de plenitud.

En una excelente entrevista de Jorge Bustos, el exvicepresidente con Felipe González asegura en El Mundo que la dilación en la entrega de las actas electorales en Venezuela apunta a que los colaboradores de Maduro, «las están falsificando». Pero no me quiero desviar de lo que es sustancial en las declaraciones de Guerra: «Algunos justifican esta grave actuación (las concesiones en el acuerdo ERC-PSC) argumentando que es un paso hacia la federalización. No dicen la verdad. Es un camino hacia la confederación, hacia la independencia de Cataluña».

Cada vez está más claro que Pedro Sánchez para permanecer sentado en la silla curul de Moncloa está dispuesto a hacer las concesiones que le exijan los secesionistas catalanes, lo que derivará en una situación límite, de muy difícil retroceso. «El acuerdo con los independentistas de Cataluña –continúa Alfonso Guerra– destruye la composición del Estado que establece la Constitución de 1978... Los socialistas no pueden apoyar un latrocinio que elimine la solidaridad entre los españoles; los socialistas no pueden amparar la desigualdad».

Luis María Anson,de la Real Academia Española.