Eleuteria

Precios y supermercados

Si queremos buscar culpables de la fuerte subida de precios experimentada durante los últimos años no miremos a los tenderos sino más bien a nuestros políticos y banqueros centrales

Durante las crisis deflacionarias, los malos dentro del imaginario colectivo son los banqueros; durante las crisis inflacionarias, los malos dentro del imaginario colectivo son los tenderos. A la postre, cuando suben los precios, lo más sencillo es culpar al vendedor de estar encareciéndolo todo para forrarse. Parece no querer entenderse que, en mercados competitivos, un vendedor que suba los precios sería rápidamente barrido por sus rivales: sólo cuando nos hallamos ante mercados monopolísticos, oligopolísticos o cartelizados, los vendedores podrían subir precios para incrementar sus ganancias… pero siempre a costa de reducir la cantidad de mercancías vendidas. En este sentido, el sector de la distribución español (supermercados, hipermercados y tiendas tradicionales), al que tan habitual como injustamente se culpa de la inflación de los últimos años, no puede estar más alejado de semejante radiografía.

Por un lado, se trata de un sector enormemente competitivo y, por otro, la cantidad de productos vendidos durante los últimos años no se ha reducido sino que se ha incrementado. No hay, pues, ninguna praxis típicamente monopolística, oligopolística o cartelizadora que permita atribuirles responsabilidad alguna en la subida de los precios. Si los productos que comercializan se han encarecido (que lo han hecho, como es evidente), ha sido porque sus costes también lo han hecho: y en el caso del sector de la distribución, el mayor de sus costes son sus aprovisionamientos, esto es, el precio que les cobran sus proveedores por las mercancías que luego nos revenden a los consumidores. Supermercados, hipermercados y tiendas tradicionales venden más caro porque compran más caro, no venden más caro porque maximicen sus ganancias comprando al mismo precio que hace años.

De hecho, si acudimos al Observatorio de Márgenes Empresariales, organismo creando recientemente por el propio gobierno socialista para monitorizar la evolución de los márgenes de beneficio en los distintos sectores de la economía, observaremos cómo el margen de beneficio sobre ventas de los supermercados se ubica actualmente en el 4,2%... uno de los más reducidos de la última década. Es más, este margen de beneficios se ubicó en su punto más alto durante 2020 (cuando los precios no subían) y desde entonces ha venido reduciéndose de manera prácticamente ininterrumpida. Por consiguiente, no: si queremos buscar culpables de la fuerte subida de precios experimentada durante los últimos años no miremos a los tenderos sino más bien a nuestros políticos y banqueros centrales por haber hundido el valor de nuestra moneda.