Aunque moleste

Puigdemont está contento

El bandazo de Alvares con Kosovo da la razón al huido en su estrategia separatista

Por sorpresa y sin comunicado oficial alguno, España acaba de dar un nuevo bandazo en política exterior, muy del agrado de Puigdemont. Tras el pacto entre el Gobierno y el fugitivo para permitir la investidura sanchiana, dijeron algunos socialistas, presidente incluido, que se trataba de un acuerdo de legislatura, es decir, que los siete de Puchi apoyarían cada una de las iniciativas del Ejecutivo. Afirmación falaz e inventada que fue de inmediato corregida por la portavoz puigdemoníaca, Miriam Nogueras. No hay acuerdo legislativo. El voto a favor de Armengol para presidir el Congreso fue sólo para favorecer la oficialidad del catalán en las Cortes y en Bruselas. El apoyo a Sánchez-presidente era a cambio de amnistiarle y de internacionalizar el tema catalán. Nada más. El límite del pacto no era ni es la Constitución, como aún pretende vendernos Patxi-que-más-da. Los límites son los tratados internacionales. Y, como dijo Nogueras desde el estrado, no hay arrepentimiento, no piden perdón, hicieron lo que debieron, lo repetirán, no pactan dentro de la Constitución y no hay acuerdo de legislatura ni por asomo. Hay lowfare judicial, es decir, van a por los jueces «antiseparatas», y hay mucha internacionalización. Primero, Ginebra. Segundo, mediador en Ginebra. Tercero, reunión de Sánchez con el bandido en Ginebra. Y después, y antes y siempre, airear a los cuatro vientos que lo de Cataluña es un conflicto internacional, con arbitraje internacional y una solución internacionalizada.

De manera que, dentro de este ambiente global, el bamboleo kosovar le viene al flequillo a Puigdemont. ¿Por qué, si apenas consiste en legalizar pasaportes? Tan sencillo como que ese reconocimiento a la ex provincia serbia es en sí un paso más en la aceptación de la unilateralidad, guerra en la que Margallo se dejó horas de combate en Europa para evitar que una-declaración-de-independencia-unilateral pudiera ser admitida como legal. Cierto que España aún no reconoce a Kosovo como nación independente, pero el nuevo bandazo-Alvares, post Sahara, admitiendo los pasaportes kosovares como legales, supone un guiño al bandolero. ¿Para que apoye la tríada de decretos de mañana? Puede ser, sólo que el de Waterloo siempre quiere más, y sobre todo quiere castigar un poco a Sánchez, que ni siquiera se dignó saludarle en el pleno prenavideño de Estrasburgo. Por eso nuestro timonel no va a tener más remedio que irle a ver a Suiza, para que quede claro que es una reunión de presidentes de naciones distintas, España y Cataluña, con mediador internacional y agendada en un país neutral.

La consecuencia, sí, es que el huido está contento y con razón. Por obra y gracia de Sánchez, ha pasado de ser un paria a estrella mundial. Impone y dicta las normas, encoge o ensancha el campo a conveniencia, y le dice al del gobierno central que, mira Pedro, se te ha acabado ya el chollo de los decretos ley, la engañifa legal con la que sacasteis a trompicones las leyes en la anterior legislatura y pretendes repetir en la actual. Los decretos-ley son una farsa, como sabe todo el mundo. Y el decreto-ómnibus una tomadura de pelo colosal. Metes ahí veinte cosas, entre otras ayudas a los parados o similar, y si no lo apoyas eres un fascista. Pues parece que se te está acabando el cuento. Campeón.