El trípode
Lo que se combate en Ucrania
Los protagonistas no son solo Ucrania y Rusia, sino que ambas naciones son la vanguardia de dos geoestrategias mundiales enfrentadas en la actualidad en esa guerra no oficialmente declarada como tal.
Parece que a todo Occidente le conviniera que prosiga indefinidamente la guerra –la «operación militar limitada»– desencadenada por Putin contra Ucrania el 24 de febrero del pasado año para hacerse con la región del Donbas y formalizar la anexión de la península de Crimea, ya realizada de facto en 2014. Según la legislación rusa, ambos objetivos estarían ya materializados, por lo que la continuidad del conflicto depende de la aceptación por Ucrania de dicha anexión parcial de su territorio.
Planteadas así las cosas, no parece haber duda en cuanto a la absoluta necesidad de proseguir la guerra hasta acabar con la inaceptable invasión del territorio nacional de un estado soberano, lo que el Derecho internacional condena rotundamente. Sin embargo, la realidad no se limita a esta aparente y sencilla presentación de la situación. Para conocer bien la complejidad de lo que sucede, es preciso tener en cuenta algunos hechos que también forman parte del problema, a fin de apostar decididamente por una solución que a la vez sea realista y asumible por ambas partes en conflicto. Para ello, es preciso saber que los protagonistas no son solo Ucrania y Rusia, sino que ambas naciones son la vanguardia de dos geoestrategias mundiales enfrentadas en la actualidad en esa guerra no oficialmente declarada como tal. Por un lado, Ucrania lo es de la geoestrategia Occidental con EEUU al frente, que quiere mantener la hegemonía alcanzada en 1991 tras su victoria en la «Guerra Fría» mantenida frente a la URSS desde 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, Rusia actúa ahora en nombre del bloque denominado «BRICS», constituido por las naciones emergentes –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– que propugna crear «un sistema mundial mucho más justo y equilibrado en las relaciones entre países». Para ello, esta organización quiere reestructurar el sistema económico por considerar que el actual favorece a las naciones occidentales.
Por tanto, no es ajeno a esta realidad que Putin diera comienzo a esa operación militar, precisamente, nada más regresar a Moscú procedente de Pekín donde había firmado un Tratado de cooperación bilateral con Xi Jinping calificado por ambas partes como «histórico», que apuesta decididamente por un «orden mundial multipolar». Ese Nuevo Orden Mundial se pretende contraponer al actual, calificado de «hegemónico» y «unipolar» dominado por EEUU y Occidente. La UE en la práctica actúa como un convidado de piedra ante EEUU, que es quien decide políticamente, con la OTAN como su brazo militar. Zelenski es el actor principal del relato occidental. Y por cierto, hoy es 1º sábado de mes, referencia obligada para conseguir la paz con Rusia.
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