Sin Perdón

¿Qué diría la izquierda si Feijóo actuara como Sánchez?

«Es la técnica del felpudo. Te tiras al suelo para ser pisoteado como muestra de pleitesía y sumisión»

Una de las soflamas propagandísticas del sanchismo es que su líder consigue un abanico más amplio de partidos con los que pactar. Me recuerda a un abogado que nunca perdía un juicio, porque siempre se rendía antes de que comenzara y alcanzaba el pacto que le exigía su rival. Es cierto que Sánchez ha conseguido los votos de los 15 partidos que forman Sumar, aunque Iglesias no ha dicho la última palabra y los comunistas son peligrosos. Era un pacto fácil, porque les interesan los cargos y vivir a costa del pesebre ministerial. El apoyo del antiguo aparato político y militar de ETA fue fácil, porque han conseguido el blanqueamiento y se cumple el guion que se diseñó hace algo más de una década. Todo forma parte de la teoría frentista y populista destinada a impedir que gobierne el centro derecha. El PNV es un partido clientelar y actúa como la oficina comercial de la burguesía vasca. Por ello, está siempre con el ganador. No es casual que sus dirigentes, como Ortuzar o Esteban, no sean los más listos del lugar, ya que para eso están los que realmente mandan en la sombra. Lo mismo sucedía con ETA.

Finalmente, están los independentistas. No hay duda de que la negociación de Sánchez es digna de entrar en los anales de la diplomacia. Ha conseguido superar a Chamberlain en Múnich o a Petain con el armisticio de 1940. Ha aceptado darles la amnistía, negociar en Suiza, ser supervisado por un verificador/relator salvadoreño, internacionalizar el conflicto y una agenda de temas que causan bochorno. Es la técnica del felpudo. Te tiras al suelo para ser pisoteado como muestra de pleitesía y sumisión infinita. En estos tiempos de hombres pequeños ética, moral y políticamente, nada mejor que enviar a Santos Cerdán como embajador plenipotenciario del sanchismo. Ahora podemos hacer una ucronía e imaginar cuál hubiera sido la reacción de la izquierda política y su poderoso aparato mediático. La ofensiva, como sucedió en tiempos de Rajoy, sería inmisericorde. Hubieran puesto la máquina de triturar en marcha. Lo hubieran aderezado con una brutal ofensiva institucional y judicial en España y la UE.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)