Parresía

¿Quién será el siguiente?

¿Quién será el siguiente expulsado del PSOE sanchista en el que ya no caben voces disonantes, en el que hay miedo a decir lo que se piensa?

Sabemos todos lo caldeado que se encuentra el patio político a cuenta de la posible Ley de Amnistía pero, francamente, no me esperaba que el PSOE se atreviera a expulsar a Nicolás Redondo Terreros por disentir públicamente, por no estar de acuerdo con que Pedro Sánchez pueda llegar a un acuerdo con Junts para seguir en la Moncloa, a cambio del «borrón y cuenta nueva» para el fugado Carles Puigdemont y el resto de los implicados en el Procès.

La cúpula de un partido que dice llamarse progresista ha eliminado de sus filas «por el reiterado menosprecio a las siglas del PSOE»» a quien ha sido uno de sus héroes, al secretario general de los socialistas vascos durante los años de plomo de ETA, un tiempo en el que los políticos, literalmente, se jugaban su vida defendiendo la Democracia frente al terrorismo independentista.

Ferraz ni siquiera se ha tomado la molestia de comunicarle la noticia. El aludido se ha enterado por la prensa.

No conozco personalmente al señor Redondo Terreros, pero reconozco y agradezco su labor en aquella época oscura de bombas y pistoleros, valoro su honestidad y su libertad de expresión, me guste o no lo que transmita, y estoy convencida de que, como yo, piensan muchos ciudadanos que votaron a Pedro Sánchez el pasado 23 de julio, y que se oponen a amnistiar al independentismo catalán.

La única encuesta publicada hasta el momento sobre el asunto, firmada por Metroscopia, revela que el 59% de los votantes socialistas tienen la misma opinión que Redondo Terreros: son contrarios a ese perdón. Dos de cada tres españoles preferirían que se repitieran las elecciones generales, con tal de que los independentistas no hagan presidente a Pedro Sánchez. ¿Tan difícil es que las dos grandes fuerzas políticas de nuestro país se entiendan en un asunto tan vital como éste, por el bien de todos?

¿Quién será el siguiente expulsado del PSOE sanchista en el que ya no caben voces disonantes, en el que hay miedo a decir lo que se piensa? La pregunta es obvia, visto lo visto. ¿Deberían prepararse los históricos Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, Ramón Jáuregui? ¿Tendrían que tomar nota García-Page y Lambán? ¿Qué sería del partido socialista actual sin sus mayores? Y a todo esto, ¿qué opinará del asunto Patxi López, que conoce tan bien al expulsado? Sus últimas declaraciones -acusando a Aznar de incitar al enfrentamiento civil- han sido más propias de la barra de una herriko taberna de los años 90 que de un portavoz parlamentario socialista en 2023. Deseando estoy escuchar al líder supremo.