Opinión
La «regeneración democrática» sanchista
Lamentable y ofensivo regreso de Marta Rovira, huida de la justicia durante siete años, y que vuelve cual si fuera una heroína anunciando que «viene a culminar lo comenzado», refiriéndose al golpe de Estado de 2017
Lamentable y ofensivo regreso de Marta Rovira, huida de la justicia durante siete años, y que vuelve cual si fuera una heroína anunciando que «viene a culminar lo comenzado», refiriéndose al golpe de Estado de 2017. Lo hace amnistiada por Sánchez para poder seguir en La Moncloa, que encima se permite dar lecciones éticas para acabar con los bulos y desinformación –atribuyéndolas a pseudo medios y pseudo periodistas–, con el fin de «regenerar la democracia». Que quien llegó hace seis años a La Moncloa, y sigue en ella, con los votos de los de Otegi y de los golpistas catalanes secesionistas, no arrepentidos sino todo lo contrario como vemos, se atreva a apelar a la necesidad de «regenerar la democracia» suena a tomadura de pelo y a falta de respeto a los españoles, como poco. La sesión de ayer en el Pleno del Congreso merece ser visionada por la opinión pública para tomar conciencia de en qué manos se encuentra España. Sus socios de gobierno y aliados parlamentarios, apropiándose del triunfo de la selección española de fútbol, en tanto que, según ellos, han sido jugadores catalanes y vascos los artífices del triunfo, al tiempo que se desmarcan de la alegría general por no sentirse representados por la selección española, al reconocer solo como suyas a las selecciones catalana y vasca. Escuchar eso a la portavoz de Bildu en sintonía con Otegi, y a Rufián, que con sus votos sostienen a Sánchez, provoca tristeza y vergüenza ajena. Con acierto, los jugadores de la selección nacional saludaron con alegría descriptible al inquilino de La Moncloa en su forzada visita. La gira por Madrid, con epicentro en Cibeles y escala en la Zarzuela, reflejan el sentimiento general de los españoles fruto de la victoria en la Eurocopa, mientras Sánchez representa y encarna lo contrario. Ayer y tras esa imagen, teniendo además a su mujer y su hermano investigados por la justicia, fue al Congreso para hablar de regeneración democrática. Tras sus dos cartas a la ciudadanía coincidiendo con esos hechos, en lugar de una tercera carta trajo un plan regenerador que ni su gobierno es capaz de explicar. El ridículo de sus dos vicepresidentas Montero y Yolanda, no sabiendo en qué consiste no requiere de más comentarios. La semana próxima se cumple un año de las elecciones que adelantó Sánchez el 23J, y que perdió tras su gran derrota en las territoriales de mayo. Pretender continuar así tres años más, es condenar a España y los españoles a una pesadilla excesiva. Entre tanto sigamos de cerca los acontecimientos en EE UU tras ese grave y fallido intento de asesinato de Trump.
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