El trípode
Sánchez: Israel, «Estado genocida»
La situación en Gaza tiene el dramatismo de toda guerra, pero conviene no olvidar que comenzó precisamente con una masacre a unos 1.200 civiles
El sanchismo lleva a España por una senda tercermundista muy propia del Frente Popular, que Sánchez, -cual actual entusiasta émulo de su predecesor socialista Largo Caballero-, ha promovido con el objetivo único de acceder primero, y mantenerse después, en La Moncloa. El interés general de España y el bien común de los españoles le son secundarios, por no decir indiferentes, a ese Frente Popular integrado por partidos, cuya identidad política básica es irse de España rompiendo su Unidad Nacional, que el artículo 2 de la Constitución literalmente establece como fundamento de la misma. Su última (de momento) «brillante» actuación en su irresponsable política ha sido calificar al Estado de Israel nada menos que de «Estado genocida». Al pueblo judío, que conoce lo que significa haber experimentado en carne propia lo que fue una estrategia de genocidio durante la II Guerra Mundial, planificada en Wannsee, distrito berlinés que da nombre a la histórica conferencia organizada por los nazis el 20 de enero de 1942, esa calificación de «genocida» le resulta ultrajante en grado máximo. La situación en Gaza tiene el dramatismo de toda guerra, pero conviene no olvidar que comenzó precisamente con una masacre a unos 1.200 civiles, jóvenes en su mayoría, que asistían a un festival de música electrónica, y secuestró a 240 rehenes. Su autoría fue de la organización terrorista islámica Hamás, que además ostentaba el poder político en la Franja, y para Israel fue su mayor desastre experimentado en la Historia de su Estado fundado en 1948. Ignoramos si Sánchez y su Frente Popular consideran a Hamás como una organización cívica y humanitaria, pero en todo caso él quiere premiar esa masacre del 7 de octubre de 2023, que tuvo su momento inicial con su gira por la UE para promover el reconocimiento del Estado palestino. Fue evidente el fracaso de esa iniciativa suya que no tenía más objetivo que conseguir una cuota de pantalla y complacer a sus socios políticos «progresistas comunistas». Su inoportunidad al aparecer como un virtual premio a la masacre de Hamás y viniendo de su mano, reconocido como claro enemigo de Israel, daña a los mismos palestinos y, por supuesto y sobre todo, perjudica al interés general de España. Hoy es sábado, día de la semana que la tradición cristiana dedica de manera especial a la devoción a la Virgen María, evocando su soledad y dolor del Sábado Santo previo a la alegría de la resurrección de Su Hijo. Desde la cuna de la Reconquista de la España cristiana –desde donde escribo–, comenzada por don Pelayo en estas montañas astures de Covadonga, le pedimos ayuda a la Santina para salvar nuestra identidad histórica.