Historias del mundo

Los “sushiterroristas”

«Alarma en los restaurantes de Japón ante una nueva moda irrespetuosa y nada higiénica»

Japón se define por sus tradiciones, gastronomía y el respeto a las normas. Dicen que una bici sin candado en Ámsterdam apenas dura media hora en ser robada. En Tokio, permanecerá meses hasta que finalmente alguien acabe llevándola a Objetos perdidos. Dado su comportamiento ético y sentido del bien común, hace décadas que los platos de sushi pasean por cintas giratorias de todo Japón, sin que ningún comensal pague de menos en la cuenta final. Un formato que, cuando se exporta a restaurantes en Nueva York o Madrid, acaba lleno de restricciones.

Sin embargo, hay máxima alerta en Japón. La prensa local lo denomina «terrorismo del sushi» y a los perpetradores, «sushi terroristas». El mes pasado, un joven de pelo rubio difundió un vídeo en un «sushiro kaiten». El japonés salía lamiendo las botellas de salsa de soja y se mojaba saliva en los dedos antes de acariciar al pescado crudo que pasaba por la cinta, sin sacarlo para comérselo él. El plato mancillado seguía dando vueltas hasta que otro comensal lo cogía. Lamentablemente, las imágenes, que han tenido varios millones de visualizaciones, comenzaron a compartirse. Y, lo que es peor, a imitarse.

Las redes sociales se llenaron de jóvenes poniendo wasabi (salsa espesa muy picante) en los alimentos, chupando vasos sin usar, robando pedidos de otros clientes y colocando de vuelta en platos los makis sobados que no se comieron.

Esta conducta irrespetuosa y poco higiénica ha llevado a las grandes cadenas de «kaiten sushi» a instalar cámaras y hasta clausurar temporalmente las cintas giratorias. Están añadiendo un panel, muy visual, en una pantalla táctil, con la oferta gastronómica. Pero solo servirán lo que se pide y paga.

Es más, ante la alarma, la cadena Akindo Sushiro Co. ha denunciado a uno de sus clientes esta semana y «tratará estrictamente el incidente como caso penal y civil, consultando pronto a la Policía». También la empresa Hamasushi ha presentado una denuncia contra uno de los «sushi terroristas». «Espero que (el autor) se dé cuenta de que ha hecho algo que no se debe hacer», declaró un responsable al «Japan Times». Y tanto, porque estos jóvenes podrían fulminar una arraigada tradición nipona.