Al portador

Tanto monta, monta tanto, Pedro como Yolanda, ¿o no?

Si Díaz quiere ser presidenta, y quiere, algún día tendrá que chocar con Sánchez

Javier Rivas

Alejandro III de Macedonia (356 AC-323 AC), Alejandro el Magno, habría sido quien dijo «Tanto monta» –da igual– cuando cortó con su espada el famoso nudo gordiano atado a un yugo, que la leyenda afirmaba que quien lo desatara conquistaría Asia. «Da lo mismo –tanto monta– cortar como desatar», habrían sido las palabras alejandrinas. Muchos siglos después, y por consejo de Antonio de Nebrija (1444-1522), Fernando II de Aragón, Fernando el Católico (1452-1516), lo añadiría a como divisa a su escudo, en el que ya figuraba el nudo gordiano. Como Isabel (1451-1504) se escribía en aquella época con Y y Fernando, claro con F, todo se unió y se convirtió en el emblema de los Reyes Católicos, «Tanto monta, monta tanto, Ysabel como Fernando». También, cientos de años más tarde y quizá porque la política hace extraños compañeros de cama –frase derivada de una escena de La Tempestad de Shakespeare (1564-1616)–, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz parecen decididos a interpretar su propia versión, siglo XXI y electopopulista, del más que vetusto, «tanto monta, monta tanto».

Iván Redondo lo explicó –al césar lo que es del césar– hace casi más de dos años: «Yolanda puede ser presidenta». Ella acababa de ascender a la vicepresidencia, designada digitalmente –¿para qué primarias ni otro método?– por Pablo Iglesias tras su defección del Gobierno. Desde el principio se lo creyó, incluso antes de «la traición que disuelve todos los vínculos», como describió el dramaturgo alemán Federico Schiller (1759-1805) y que la Evita Perón gallega interpreta con maestría edulcorada. Calculadora sobre todo, ha anunciado, cuando creía que más le convenía, su ambición presidencial, que llega, según la hemeroteca, después de no haber aspirado a nada en el pasado, tampoco a la vicepresidencia. Quiere liderar el espacio a la izquierda del PSOE, pero es obvio que no es suficiente para alcanzar la presidencia, lo que significa que buscará votos socialistas, esos que Sánchez cree que ya no caerán en su buchaca. El inquilino de La Moncloa cuenta con Sumar para gobernar en la próxima legislatura y es posible, algo que conviene que sepan en el PP y sus votantes. No obstante, si Díaz quiere ser presidenta, y quiere, algún día tendrá que chocar con Sánchez, si no es que –nada es imposible– alumbran una candidatura conjunta y luego se reparten la presidencia. Cosas más extrañas se han visto. Tanto monta, monta tanto, Pedro como Yolanda, ¿o no?, que diría Rajoy, sin que nadie repare en que todo comenzó con Alejandro.