Parresía

Todo por 7 votos

¿En serio tenemos que aceptar una misión internacional mediadora, como si fuéramos una república bananera?

Vivimos horas trascendentales tras las inéditas cesiones de Pedro Sánchez al independentismo catalán, con el argumento de que así acabará «el conflicto». La idea básica e inquietante que extraigo del acuerdo del PSOE con Junts obedece a una filosofía de vida basada en el egoísmo extremo, no en el bien común: Soy capaz de todo, de lo que sea, con tal de beneficiarme yo, con tal de seguir en el poder. El fin justifica los medios. Ese modelo de comportamiento es lo que está proyectando este PSOE a toda la sociedad española. Y entrecomillo «este PSOE», porque ya nada tiene que ver con lo que fue con sus anteriores dirigentes. Me ha impactado ver a Felipe González prácticamente implorando a Sánchez que convoque elecciones, que no ceda ante las exigencias peregrinas de Puigdemont y los suyos, solo porque necesita sus siete votos.

No ha habido foto amistosa entre el fugitivo de la Justicia y el número 3 del PSOE, imagino que por pura vergüenza torera (sí la hubo el otro día entre Félix Bolaños y Oriol Junqueras). Pero ahí está el acuerdo que consiste, básicamente, en decirle sí a Puigdemont en todo lo que exigía. ¿Qué consigue Sánchez a cambio? Si nos atenemos al documento, solo logra la investidura. Ya veremos si se materializa la promesa de «estabilidad» en la legislatura.

Puigdemont, de entrada, no ha pedido perdón, pero da lo mismo. Obtiene su ley de amnistía a la carta, ahora que el PSOE se ha aficionado a cambiar de opinión. Lo que antes era delito y fue condenado, ahora no solo se perdona, sino que se asume el relato completo del Procés. Y por tanto, también se asume la idea de que, en España, los jueces han perseguido al independentismo por motivos políticos, nada más y nada menos.

Este ataque frontal al Estado de Derecho ha provocado que, por una vez, todas las asociaciones de jueces de nuestro país, todas, estén de acuerdo en denunciar el contenido del acuerdo y en subrayar su independencia. Sánchez se lo ha comprado todo a Puigdemont: el relato, la amnistía con lawfare, una mesa para negociar con él la cesión completa de los impuestos a Cataluña, la promesa del referéndum de independencia, el retorno de las empresas fugadas… Incluso ha aceptado internacionalizar aún más el problema, admitiendo la bochornosa presencia del relator extranjero, que supervise las negociaciones entre Cataluña y España ¿En serio tenemos que aceptar una misión internacional mediadora, como si fuéramos una república bananera? ¿Todo eso por 7 votos? Ojo, porque aún no sabemos qué obtendrá el PNV a cambio de apoyar a Sánchez. Sus 5 votos tampoco serán baratos.