La novela chilena: José Donoso

En la lejana pero tan próxima Chile, nación sólidamente afianzada en el criollismo, promoviendo línea de sombreada metafísica desde la Segunda Guerra Mundial hasta los presentes momentos históricos, algunos autores son creadores de enorme vigor. Me gusta destacar el caso particular de José Donoso (1924-1980), precedido en una etapa luminosa por María Luisa Bombal (1910-1980) y Marta Brunet (1901-1967).

Donoso, cuando se produjo la gran expansión internacional de la novela hispanoamericana, alcanzó mucho prestigio. María Luisa Bombal lleva a cabo una detenida investigación sobre el inconsciente femenino y su condición; en otras, en las que se funden sueños y realidades, destacando la radical frustración de la condición femenina: un mundo en el que es grato entrar, pero sumamente gravoso no ser feliz, aunque sabiendo que se está sometida a un grado de fuerte misterio que acaso resulta irresistible. Atrae y se impone su literatura por su radical novedad en un clima de realidad sometida a las mayores rendiciones e imposiciones de sueños. Marta Brunet escribió «María Nadie» (1957), de profundo sentido democrático y mezcla de ambiente forjadores de personalidades de acusada profundidad. El ambiente literario global en Chile es de acusada personalidad y de conseguir importantes expresiones e impresiones literarias, con un dominio de firmes procesos de análisis filológicos para alcanzar importantes rasgos definidores de la realidad social con interesantes figuras metafísicas.

El gran narrador chileno de la segunda mitad del siglo XX es José Donoso. Su obra alcanzó un gran renombre internacional y llegó a la literatura por caminos poco frecuentes, pues su inquietud se manifestó por la huida del mundo burgués. Interrumpió sus estudios universitarios ejerciendo una serie de actividades y profesiones. Cuando se cansó se graduó brillantemente y durante algún tiempo ejerció la docencia en Estados Unidos. La amargura de la difícil vida cotidiana se le subió a la garganta con una profunda problemática vital, como puede apreciarse en «Veraneo y otros cuentos» (1955), seguida de su primera novela, «Coronación» (1957), abierta psicología prendida en los personajes, analizando casos límite con crudeza y amargura, presentando, con evidente gusto, casos límite, como por ejemplo en el tema de la «soledad», que apura hasta sus últimas notas, o la «incomunicación», la «adolescencia» y el «crimen». Crea un verdadero paisaje en su gran novela «El obsceno pájaro de la noche» (1970), una de las más importantes novelas que forman el conjunto de novelas hispanoamericanas constituyentes de las grandes, pertenecientes a lo que se conoce como la nueva novela hispanoamericana.

«El obsceno pájaro de la noche» es, con «Lugar sin límites», el gran proyecto de otra temática, otra dimensión de novela y nuevos fundamentos literarios. Sin duda porque en su propósito y proyecto creador dibuja con caracteres profundos la decadencia moral de la aristocracia chilena, condenando un mundo mínimo en el que nada queda de lo que fueron sus valores peculiares de fuerte tradición conservadora. Donoso expresa como peculiar de ese mundo ínfimo lo que pudo ser cuando estuvo centrado en su tiempo. En la novela de Donoso, crítica y ácida, el rechazo y la atracción atraen con fuerza, casi podría decirse demoníaca, lo grotesco, el rechazo y al mismo tiempo la atracción en distintos momentos de la acción literaria, insistiendo siempre en lo negativo y complejo.

No concluye en la novela el análisis del deterioro de la sociedad, pues en 1973 publica «Tres novelitas burguesas», donde profundiza mediante los modelos del deterioro moral de la sociedad, ya en tono humorístico, lo que convierte en cierta mesura contenida la crítica. El tiempo que ha pasado en España, la convivencia con círculos universitarios y sociales le otorgó a su tono y voz formas y registros nuevos. Un estilo más ágil le ha liberado del duro registro chileno. «El obsceno pájaro de la noche» depurado y más definido en su estructura. El orden impuesto por el poder y la jerarquización no es válido para los creadores de mundos capaces de erradicar de su propio ser a los que, socialmente, sufrieron graves problemas de situaciones del hervidero del desorden.

Donoso, gran experto en estructuras narrativas, ha llevado a cabo un proyecto singular y de gran empaque en su proyección humana.