Francia
La política de asilo de la UE ya es una realidad
Los países de Europa tienen la obligación legal y moral de ofrecer protección y libertad a los refugiados que proceden tanto de dentro como de fuera de nuestro continente. La UE acaba de adoptar un conjunto de importantes reformas legislativas que facilitarán la garantía de los derechos de las personas que huyen de persecuciones y que dotará a la Unión de un Sistema Europeo Común de Asilo. La Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo han trabajado durante años para definir un marco jurídico general aplicable al tratamiento de los solicitantes de asilo. El reciente acuerdo sobre la reforma del sistema de asilo de la UE es un importante logro, un reconocimiento a la voluntad política y la determinación de todos quienes, durante casi cinco años, participaron en negociaciones a menudo difíciles. Nos sirve para recordar que la UE se basa en valores que consagran el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho y demuestra que, incluso en tiempos de crisis económica, la promoción del derecho de asilo centra los esfuerzos de la Unión para la creación de un espacio de libertad y justicia.
Hasta ahora, nuestra política de asilo conformaba un todo defectuoso e incompleto. Las sorprendentes diferencias en los resultados de las solicitudes de asilo en el conjunto de la UE, las condiciones materiales en las que se acoge a los solicitantes y los derechos procesales que se les otorgan, afectaban a la credibilidad y la eficacia de nuestro sistema de asilo.
Esto es injusto tanto para los solicitantes de asilo como para los países que los acogen, y es una de las principales razones por las que un pequeño número de nuestros estados miembros reciben una parte desproporcionadamente grande del total de solicitantes: el 70 por ciento de las solicitudes se presentan en sólo cinco estados miembros, entre ellos, algunos de los grandes, como Francia, Alemania y Reino Unido, pero también de los más pequeños, como Bélgica y Suecia.
El marco jurídico que hemos adoptado está formado por normas comunes detalladas que introducen criterios claros a la hora de determinar las solicitudes de asilo, los procedimientos más eficaces y las mejores condiciones de acogida de los solicitantes.
Se introducen garantías específicas para determinadas categorías de personas vulnerables, en particular los menores y las víctimas de torturas y violencia, y se reconoce expresamente que los estados miembros deben evitar la detención de los solicitantes de asilo.
Y para quienes ven su solicitud de asilo aceptada y, por tanto, reciben protección internacional, las nuevas normas armonizan los beneficios propios de dicho estatuto, especialmente en materia de refuerzo de los derechos de residencia y de facilitación del acceso a un empleo y a asistencia sanitaria.
Estos cambios deberán aplicarse en toda la Unión para garantizar la uniformidad en la materialización de las normas comunes. En los próximos años, nuestros esfuerzos se centrarán en medidas prácticas para garantizar un alto nivel de exigencia en toda la UE.
La Unión Europea tiene la responsabilidad no sólo de respetar los valores humanos para nuestros propios ciudadanos, sino también de desempeñar su papel como miembro destacado de la comunidad internacional y amparar a quienes huyen de persecuciones y conflictos. Tenemos la obligación de tratar a toda persona con humanidad y (en el caso de que se considere que tiene derecho a protección) de ofrecerle una perspectiva de una vida digna y la oportunidad de contribuir a nuestra sociedad europea. Confío en que el marco jurídico de la política europea común de asilo que acabamos de acordar contribuirá a hacer que dicha aspiración se convierta en realidad.
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