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Los comentarios, a debate

El debate está sobre la mesa. ¿Qué hacer con los comentarios de los lectores en los medios digitales? El diario estadounidense «The New York Times» acaba de anunciar, a través de la Defensora del Lector, Margaret Sullivan, su intención de potenciar esta opción que se brinda al lector de interactuar con el medio reconociendo la labor de aquellos usuarios más activos y cuyas opiniones sean más valoradas. Actualmente, el periódico neoyorquino sólo permite esta posibilidad en 23 noticias diarias, cifra que se va a duplicar en los próximos meses.

En España, prácticamente todos los medios permiten que los lectores comenten las noticias. Sin embargo, hay muchos medios fuera de nuestras fronteras que en su momento decidieron la eliminación de los comentarios, ya que consideraron que eran más los inconveniente que las ventajas, ante la dificultad de controlar todo lo que se cuela a través de esta puerta abierta que deja pasar lo mejor y lo peor de cada lector. De hecho, la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de octubre de 2013 según la cual los medios son responsables de los insultos, injurias o expresiones vejatorias contenidos en los comentarios de sus ediciones digitales ha hecho que muchos editores miren con recelo esta herramienta. Medios como Reuters o Blomberg, o en España Microsiervos, uno de los blogs de tecnologías más importantes, tomaron en su momento la decisión de eliminar los comentarios en sus noticias. Otros, como el francés «Le Monde» o el británico «The Times», sólo permiten comentar a sus abonados.

En cualquier caso, la mayoría de los medios permiten los comentarios previo registro, que puede hacerse directamente a través del periódico o vía redes sociales, es decir, basta tener una cuenta en Facebook, Twitter o Linkedin para, a través de ella, realizar comentarios. De este modo, el objetivo es tener algún tipo de control sobre los lectores de cara a posibles responsabilidades.

Si bien es cierto que son muchas las voces que se han alzado en contra de los comentarios, dada su escasa aportación «informativa» y elevado porcentaje de ellos cuyo contenido es sexista, xenófobo o violento, no lo es menos que también sirven para crear comunidad, además de aportar usuarios a los medios.

Del mismo modo, también son un termómetro para saber qué temas o qué noticias interesan más a la gente pues, aunque es verdad que sólo comenta un pequeño porcentaje del monto global de lectores, también lo es que nadie entra a comentar una noticia que no le llama la atención o le deja indiferente.

Por tanto, el riesgo no es tanto abrir la puerta como no controlar quién pasa por ella. Es decir, la clave está en la moderación, en la gestión de esos comentarios, en no permitir que entren quienes lo único que pretenden es insultar o desacreditar. Si se consigue que ese filtro funcione, los comentarios se convierten en una herramienta más de los medios para interactuar con los lectores, como lo son las redes sociales. Nadie puede evitar los comentarios negativos en Twitter y, sin embargo, nadie deja de tener una cuenta en esta red social por ello.

Además, el objetivo debe ser siempre crear una comunidad, que los lectores se sientan parte de ella, que sepan que son leídos tanto por otros lectores como por la propia redacción, que se sepan útiles con sus aportaciones u opiniones. De este modo, estos «comentadores» se convertirán en prescriptores de nuestro medio y serán un reclamo para nuevos usuarios.