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Trump, amenazas y oportunidades

«España debe estar a la vanguardia europea ante el trumpismo, sobre todo en defensa, aunque sea impopular»

Rahm Emanuel ha sido jefe de Gabinete de la Casa Blanca en tiempos de Obama, alcalde de Chicago y embajador de Estados Unidos en Japón con Biden. Cuando estaba al lado de presidente americano apuntaba: «Nunca desperdicies una crisis grave. Y lo que quiero decir con esto es que es una oportunidad para hacer cosas que antes creías que no podías hacer». La crisis, que amenaza con ser permanente, generada por Donald Trump y su nuevo orden mundial en el que la Unión Europea queda relegada a un papel secundario, puede ser también una oportunidad para países como España. Europa, sin renunciar a su historia, sus tradiciones y su modelo de sociedad –estado del bienestar–, tiene que reinventarse, sobre todo –pero no solo– en defensa, tras el portazo trumpista y las ambiciones de Putin. Es el momento de abordar asuntos que parecían imposibles, pero que son factibles, aunque requieran esfuerzo y sacrificios.

España, tantas veces al margen de los grandes acontecimientos, con la excepción del euro, no puede dejar de subirse a este tren y participar en el que debe ser el nuevo proyecto europeo y hacerlo sin timideces. Significa, es cierto, gastar bastante más en defensa, quizá algo tan impopular como imprescindible. Tampoco es tan complicado y, además, la inversión en defensa –bien orientada– también genera empleo y retornos importantes a medio plazo. Consiste en buscar seguridad y desarrollar una industria. España gasta unos 17.500 millones en defensa y el Gobierno prevé duplicar esa cifra en cinco años, aunque es probable que haya que adelantar el calendario. Un esfuerzo, pero no imposible. En 2024, el gasto público total en España superó los 700.000 millones de euros, de ellos 200.000 en pensiones, 100.000 en Sanidad y 70.000 en Educación. Son 370.000 y hasta los 700.000 quedan 330.000 que se destinan a otros asuntos. De momento, no debería ser hercúleo ajustar ya las cuentas y arañar 10.000 ó 15.000 millones para defensa, sin subir impuestos. Luego, se pueden buscar más opciones. Ahora, ante las amenazas de Trump, para estar a la vanguardia europea –no solo en defensa– y subirse al tren del futuro «no hay que tener miedo», Juan Pablo II dixit, no desperdiciar una crisis y aprovechar la oportunidad, como sugería Rahm Emanuel.