Damasco

Asad clama «victoria»

El régimen sirio agradece a Rusia que se haya frenado el ataque militar estadounidense. Israel, escéptico, teme un desvío del arsenal químico al grupo terrorista Hizbulá

La Razón
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El régimen sirio agradece a Rusia que se haya frenado el ataque militar estadounidense. Israel, escéptico, teme un desvío del arsenal químico al grupo terrorista Hizbulá

Mientras el mundo analiza ventajas y desventajas del acuerdo logrado por Estados Unidos y Rusia para la destrucción del arsenal químico sirio y Washington deja claro que la opción militar volverá a estar sobre la mesa si Damasco no lo cumple, el régimen de Bachar al Asad tiene su propia interpretación de los hechos.

«Este acuerdo es una victoria para Siria, lograda gracias a nuestros amigos rusos», proclamó ayer el ministro de Reconciliación Nacional, Ali Haidar, en Damasco, mientras desde Estambul, el comandante del Ejército Libre de Siria, el general Salim Idris, acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de «terrorista» y aseguró que Asad ya está trasladando armas químicas a Líbano e Irak. En Jerusalén, recaló el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para informar sobre los detalles del acuerdo logrado a su aliado israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu. En el país la reacción es de evidente escepticismo aunque se deja abierta la puerta a la esperanza de que este acuerdo funcione y con ello desaparezca la amenaza de las armas químicas de Asad.

El ministro de Reconciliación sirio dio «la bienvenida» al acuerdo para luego añadir que «por un lado, ayudará a los sirios a salir de la crisis y por otro, ha impedido una guerra contra Siria, quitando del medio el pretexto de aquellos que querían lanzarla». Pero «los sirios» a los que menciona no hacen referencia a toda la población. A ojos de los rebeldes que combaten al régimen de Asad, el acuerdo reducirá la presión sobre Damasco en lo relacionado a las armas químicas, sin poner fin a la guerra ni a los ataques con armamento convencional, del que no se dice nada en el pacto Kerry-Lavrov. El general rebelde Salim Idris aseguró que los insurgentes no pueden ahora bajo ningún concepto «congelar la lucha contra el régimen de Asad» por un año, hasta que termine la agenda planteada en el acuerdo, que ni siquiera están seguros se vaya a cumplir.

En Israel tampoco se fían de la palabra de Bachar al Asad, pero se recalca que si realmente se elimina su arsenal químico –de los más grandes del mundo, si no el mayor, y por cierto el más peligroso de todo Oriente Medio– se estará beneficiando enormemente a Israel. Pero otro aspecto en el que se piensa en Israel es cómo incide la situación que se está viviendo, en la interpretación de Irán acerca de cómo puede actuar en relación a su programa nuclear.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, expresó ayer cauteloso optimismo respecto al acuerdo firmado, pero aclaró que lo central son las acciones. «Esperamos que los entendimientos arrojen frutos», declaró. «Y esos entendimientos serán juzgados por los resultados. La prueba de estos resultados se refiere también a los esfuerzos de la comunidad internacional de frenar el esfuerzo de Irán por obtener armas nucleares. También allí, lo determinante serán las acciones, no las palabras». Y justamente al participar en un acto recordatorio por los 40 años de la Guerra del Día del Perdón, Netanyahu destacó la necesidad de Israel de confiar en sí mismo si tiene que defenderse.

«Estamos viviendo una era diferente, en medio de un terremoto regional, sin precedentes desde el establecimiento del Estado. Israel tendrá que estar listo para defenderse por sí mismo de todas las amenazas. Esta capacidad es hoy más importante que nunca... e Israel es más fuerte que nunca».

También el presidente hebreo, Simon Peres, señaló que «un acuerdo de desarme respaldado en una amenaza militar debe servir de lección a los líderes de Irán». Mientras tanto, el ex ministro de Exteriores Avigdor Liberman, socio clave de Netanyahu en la coalición de gobierno, exhortó a ser cautelosos respecto al acuerdo ruso-norteamericano, señalando que hay que ver si realmente se cumple.

Deshielo Estados Unidos- Irán

El presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció ayer haber mantenido contactos con su homólogo iraní, Hasan Rohani, y dijo que el caso sirio envía una señal al régimen de Teherán sobre su controvertido programa nuclear, que Estados Unidos y la Unión Europea creen que tiene ambiciones bélicas clandestinas. «Creo que los iraníes entienden que el tema nuclear es un problema mucho mayor para nosotros que la cuestión de las armas químicas, que la amenaza contra Israel que un Irán nuclear plantea está mucho más cerca de nuestro centro de intereses», dijo el presidente en una entrevista concedida a la cadena ABC. Obama consideró que el Gobierno iraní reconoce la postura internacional común para evitar una enfrentamiento nuclear en la zona.