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Cómo ser un coleccionista militar

Espadas, condecoraciones, fusiles... Los objetos relacionados con los ejércitos son de tal calidad y variedad que recopilarlos puede llegar a ser toda una inversión

Cómo ser un coleccionista militar
Cómo ser un coleccionista militarlarazon

Espadas, condecoraciones, fusiles... Los objetos relacionados con los ejércitos son de tal calidad y variedad que recopilarlos puede llegar a ser toda una inversión

Por «militaria» se conoce al conjunto de objetos de cualquier clase relacionados con lo militar, principalmente del pasado, que provocan el interés de coleccionarlos. Como el coleccionismo de «militaria» puede ser muy amplio, es aconsejable coleccionar siempre piezas de la mayor calidad porque podrás desprenderte de ellas más fácilmente. En cualquier caso, tómate el gasto como una inversión de la que podrás, al cabo del tiempo, recuperar lo desembolsado. Hay dos formas principales de hacerse con piezas: comprar o cambiar. Pero también puede ser que te las regalen, o que tú, aprovechando que sabes que a alguien le «molestan» en su casa, se las pidas; con esto, a veces le haces un favor a alguien llevándote, por ejemplo, un machete. En los cambios, aunque se busca un equilibrio en el valor de lo que va a cambiar de mano, lo que importa es que ambas partes queden satisfechas y el valor en dinero no es tan importante. A veces, para dar con ese equilibrio, una de las partes tiene que añadir al trueque algunas piezas secundarias. Tanto en la compra como en el cambio, se puede plantear el «derecho de retorno» sobre la pieza que ha cambiado de manos; es decir, ambas partes pueden acordar que si el nuevo dueño decide algún día desprenderse de ella, se la ofrecerá en primer lugar a su anterior propietario... por si éste quisiera recuperarla. Dejando de lado los gustos personales, los mejores objetos para coleccionar son los de metal y los peores, los de tela porque los primeros, en principio, habrán soportado mejor el paso del tiempo. Sin embargo, no siempre es así; una espada puede estar muy oxidada y un uniforme de 100 años atrás puede estar perfectamente, como recién confeccionado. Cuando la pieza esté en tu mano, no te pongas a restaurarla sin más: si quieres hacerlo tú mismo, estudia y asesórate antes, pero lo mejor es que esta tarea la haga algún experto, aunque te cueste un poco más de dinero.

Por otro lado, amplía tu catálogo de piezas de forma racional, no te dejes llevar por las prisas si localizas una que te interese mucho. Aun así, en ocasiones se te presentará una oportunidad de oro, y deberás tomar rápidamente tu decisión de comprar. Si lo que quieres es coleccionar armas de fuego antiguas, infórmate en la Guardia Civil sobre el Libro de Coleccionista. En Internet se localiza información sobre ferias, librerías y artículos de los temas relacionados con el coleccionismo. Por último, cuanto más valor material tenga tu colección, o cuando adquieras piezas excepcionales –por caras, lujosas o escasas–, más discreto debes ser al hablar de ello.

CONSEJOS

Las claves del experto

•Para empezar, céntrate en coleccionar sólo dos o tres tipos de objetos. Empieza por lo más sencillo, como, por ejemplo, condecoraciones, bayonetas o cascos. Ya tendrás tiempo de ir ampliándola.

•Documéntate todo lo que puedas sobre lo que quieras coleccionar. Estudia los libros que tratan de esas materias y visita los museos militares. Aprovecha las experiencias de otros coleccionistas.

•Te conviene poner límites. Haz la lista de lo que, razonablemente, te gustaría tener. Es importante que limites la cantidad de dinero que, con regularidad, querrás invertir en tu colección.

• Visita con periodicidad las tiendas y ferias de coleccionismo, salas de subastas y anticuarios en general. Para intercambiar piezas, lo más adecuado es que trates a otros coleccionistas.

• Haz tus adquisiciones con mente fría. Regatea siempre el primer precio que te ofrezcan. Para ello, te convendrá examinar bien la pieza que te ofrecen para descubrir sus imperfecciones.

•Si has adquirido una pieza que necesite restauración, ten en cuenta que hacen falta diferentes conocimientos y habilidades para limpiar el acero, la seda, la madera, el cuero, etc. Recurre a un experto.

•Planea sin prisas la forma de mostrar tu colección y cómo resaltar su importancia. Puedes ponerla en vitrinas, en muebles clasificadores, dedicarle toda una habitación, etc.