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El arroz transgénico que salvará vidas

Un cambio genético en la semilla del cereal con un anticuerpo contra la diarrea podría proteger la salud de 500.000 niños al año

El arroz transgénico que salvará vidas
El arroz transgénico que salvará vidaslarazon

El rotavirus es la causa principal de diarrea severa en niños. Cada año mata a 520.000 personas, la mayoría menores, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud. El 85 por 100 de esas muertes ocurren en países deprimidos de África y Asia. Ahora, un equipo internacional de científicos ha dado un paso decisivo para ayudar a la inmunización contra ese mal. El problema es que lo han conseguido mediante la modificación genética de una especie de arroz, es decir, mediante un arroz transgénico.

¿Y por qué eso es un problema? Basta ver el tono de los primeros comentarios que se han depositado en la página web de la prestigiosa revista «Nature» (donde se ha publicado el avance) para darse cuenta de por dónde pueden ir los tiros de la reacción a la noticia: la palabra «transgénico» sigue levantando infundados temores, interesadas opiniones en contra, catastróficas amenazas pseudoecologistas, sinrazón.

La defensa de las llamas

El equipo investigador ha logrado una semilla de arroz modificada genéticamente en laboratorio para añadirle a su genoma la expresión de un anticuerpo contra rotavirus que originalmente se ha encontrado en las llamas. Hace unos años se descubrió que estos curiosos camélidos portan en su sangre unos potentes sistemas de defensa natural contra el rotavirus. Desde entonces, varios laboratorios han podido derivar de esas sustancias nanomoléculas VHH que tienen propiedades para inhibir la infección. Se ha tratado de incluir estas moléculas en alimentos como la leche de vaca, por ejemplo, pero ésta es la primera vez que se diseña una especie vegetal capaz de producirlas. En este caso se ha fabricado un arroz de laboratorio conocido como MucoRice ARP-1. Durante varias sesiones, se ha alimentado a ratones con dicho arroz para descubrir que las criaturas se volvían excepcionalmente protegidas contra el azote del rotavirus. De momento, no se ha probado su eficacia en humanos, pero no cabe duda de que se trata de un paso importante para modificar las estrategias sanitarias contra la terrible enfermedad diarreica aguda, que ya es la segunda causa de mortalidad en menores de 5 años en todo el mundo.

La OMS recomienda desde 2009 que las vacunas contra rotavirus se incluyan en el programa de vacunación oficial en cuantos más países mejor. Pero todos los estudios han demostrado que la inmunización es mucho más eficaz en países ricos que en países pobres. En los estados más industrializados la vacuna tiene una eficacia de entre el 85 y el 98%. En países pobres la eficacia cae al 60 por 100 o menos. ¿Cuál es la razón de este pérfido sesgo clasista? Al parecer, el sistema inmune de los niños de los países más pobres, al estar debilitado por las condiciones nutricionales y ambientales, reacciona de peor manera a la vacuna.

Ahí es donde entra el arroz transgénico. Sus autores creen que suministrar una dieta con este tipo de cereal podría ser un complemento ideal a los programas de vacunación logrando que los niños a los que la inmunización no les es suficiente alcancen la protección óptima. Por ejemplo, se podría emplear en papillas para bebés o niños de menos de 2 años, edad a la que la infección se ha probado que es más mortal.

De momento, se ha comprobado que el arroz puede ser muy eficaz en forma de papilla diluida en agua caliente. Pero también podría tener efectividad si se cocina. El arroz, además, es el cultivo ideal para este tipo de estrategias. Es relativamente fácil de cultivar en diferentes ambientes, existe el hábito de consumirlo en prácticamente todo el mundo y se puede almacenar y conservar durante largas temporadas sin que se deteriore.

Los autores del trabajo son prudentes. Reconocen que aún es necesario investigar mucho más en la posible aplicación de esta técnica en humanos y que mientras tanto se debe garantizar que se mantienen las líneas de actuación actuales contra la diarrea a base de vacunas, tratamientos de rehidratación y complementos de zinc. Los que seguro que no serán tan prudentes son los muchos miembros de la legión anti-transgénicos. Ya han empezado a disparar contra este tipo de modificaciones genéticas que, según ellos, son inadmisibles. Dirán que el arroz modificado para curar diarreas es un intento de las compañías farmacéuticas para lucrarse, que la patente de su investigación es un monopolio inadmisible, que la transgénesis no es segura y que se trata de un atentado contra el medioambiente. Nos acusarán a los que lo defendemos de estar vendidos a Monsanto... ¡Allá ellos!