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España en Verano: Froilán, un examen semanal para poder salir del internado
El primogénito de doña Elena está desde ayer en Madrid tras superar con éxito sus primeros días en el colegio episcopal Sagrada Familia de Guadalajara
El primogénito de doña Elena está desde ayer en Madrid tras superar con éxito sus primeros días en el colegio episcopal Sagrada Familia de Guadalajara
Todo esfuerzo tiene su recompensa. El hijo de la Infanta Elena pasará este fin de semana en Madrid tras haber superado sus primeros días en el Colegio Episcopal Sagrada Familia de Sigüenza (Guadalajara), según confirmaron a LA RAZÓN desde el internado. Las normas son claras: si apruebas el examen del jueves en el que se ponen a prueba los conocimientos adquiridos durante la semana, puedes pasar el fin de semana en casa. En caso contrario, deberá quedarse estudiando el sábado y el domingo en el centro. Hasta el momento, parece que los 1.540 euros invertidos en el curso –que finalizará el 31 de julio– por Doña Elena y su ex marido, Jaime de Marichalar, están dando sus frutos. El joven coge el testigo del padre, quien también pasó temporadas en el centro, donde Froilán podrá adquirir los valores del sacrificio, la austeridad y el servicio a los demás. Todo ello sin contacto con sus amigos, ya que está prohibido el uso del móvil. Sin embargo, el joven habla todas las noches con su madre, porque los alumnos disponen de una hora de contacto diario con la familia.
Lejos de bachillerato
El pasado lunes por la tarde, la Infanta llevó personalmente a Froilán al colegio. A la mañana siguiente dio comienzo el curso de verano en el que ha sido matriculado para intentar recuperar las seis asignaturas suspendidas en el presente curso académico. «Hola, soy Felipe». Así se presentó a sus compañeros el menor, al que no le gusta que lo llamen Froilán. De hecho, los más allegados lo conocen como Pipe. El Borbón se ha adaptado bien al centro, según cuenta una trabajadora. En el recreo suele salir para comprar un bocadillo en la tienda de ultramarinos que se encuentra en frente del colegio, aunque en los últimos días ha permanecido en el interior, ya que sus guardaespaldas le han alertado de la presencia de curiosos y periodistas en la puerta del internado. El primogénito de Doña Elena nunca ha destacado por sus notas. Comenzó sus estudios en el Colegio San Patricio de la madrileña calle Serrano. Sin embargo, debido a sus malos resultados académicos, sus padres decidieron enviarlo a uno de los mejores internados de Europa durante el curso 2010/2011. Froilán estuvo durante un año en Sussex (Inglaterra), lo que le costó a sus padres 24.000 euros. A pesar del montante económico desembolsado, no consiguieron el resultado esperado. Al volver a Madrid, lo matricularon en el Colegio Santa María del Pilar, que se encuentra en el mismo barrio en el que reside.
El cuarto eslabón en la línea de sucesión al trono de nuestro país ha repetido en dos ocasiones el segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Por lo que este año ha cursado tercero de la ESO en la modalidad de Diversificación Curricular, que es una adaptación de la enseñanza secundaria para jóvenes que de seguir por el camino que el resto de sus compañeros no llegarían a alcanzar el nivel para superar la enseñanza obligatoria. Por eso, Froilán cursa con los demás compañeros asignaturas como Inglés, Música, Educación Física, Educación Plástica y Visual o Religión. Pero se desdobla en otro grupo, con algunos chicos más, para impartir Área Sociolingüistica –engloba Lengua y Sociales–, Área Científico Tecnológica –incluye Matemáticas, Biología y Geología, Tecnología y Física y Química– y Cultura Clásica –optativa–. De estas ocho materias, el hijo mayor de Doña Elena sólo ha aprobado Educación Física e Inglés. Al menor siempre se le han dado bien los deportes y maneja con fluidez el inglés debido a su periplo por tierras inglesas y a que su abuela, Doña Sofía, se dirige a él en la lengua de Shakespeare. Pero, ¿qué pasa con el resto de materias? Según ha comentado una ex profesora de Froilán a este periódico, «siempre se ha mostrado como un niño disperso y que muestra poco interés por aprender».
El pasado 23 de junio, la Infanta recibió las calificaciones de su hijo y no duda ni un segundo en ponerse manos a la obra para buscar un centro que pudiera ayudar a Froilán a aprobar en septiembre. En concreto, el pasado día 25 se dirigió a Sigüenza con su secretario personal, Carlos García Revenga, para visitar el internado de la Sagrada Familia. La Infanta recorrió todas las instalaciones, que incluyen una amplia zona deportiva y piscina, y decidió que ese era el lugar adecuado para imponer orden y disciplina al pequeño. «La infanta Elena ha hecho muy bien en elegir este centro, ya verá como aprueba todo en septiembre», indicó la madre de uno de los compañeros de Froilán en el internado. El joven comparte habitación con otros cuatro chicos, aunque, como afirmó una trabajadora a este diario, «hay hueco para que esté en una habitación solo, pero no han querido que goce de ningún privilegio». El hijo de la infanta es uno más en el internado. Eso sí, con la diferencia de que cuenta con dos tutores en lugar de uno como el resto de niños. Y es que el director del centro, Miguel Ángel García Tabernero, quiere supervisar personalmente los progresos de Froilán. «Es un chico tímido, pero es un buenazo», dice la madre de un compañero, que se mostró contenta porque su hijo comparta habitación con Frioilán. El 17 de julio cumplirá 16 años. Ése mismo día tiene un examen que determinará si podrá celebrar su cumpleaños ese fin de semana con sus amigos en Madrid o se quedará hincando los codos en Sigüenza. El próximo 1, 2 y 3 de septiembre el Borbón se enfrentará a los exámenes para recuperar sus seis suspensos.
Victoria Federica, una pianista de sangre azul
Por Carmen DUERTO
El sexto eslabón en la línea de la sucesión al trono español, Victoria Federica Marichalar Borbón, venía al mundo por cesárea una mañana de un caluroso sábado de septiembre de 2000 en la clínica Ruber Internacional. Pesó 3,5 kilos y midió 53,5 centímetros. Ahora, con 13 años luce un espigado tipo. Después de la metedura de pata del padre cuando nació el primogénito y dijo aquello de: «el pobre se parece a su madre», con Victoria se desquitó: «gracias a Dios, la niña es igual que su madre». Y lo cierto es que de ella ha heredado el genio, mientras que del padre se ha quedado con la vena artística, ya que le gusta el ballet y toca el piano. Al parecer, no lo hace mal. De niña solía llevar siempre un calcetín que mordisqueaba y no soltaba jamás, aun con cinco años, el calcetín y ella eran inseparables. Es cariñosa, ordenada y simpática, de momento no ha dado problemas, ni patadas en las bodas, ni sale de discoteca, ni suspende casi todas las asignaturas. Aun así se lleva muy bien con su hermano Felipe. Victoria Federica ha estado interna en un colegio de señoritas en Londres, el St. Leonard's, por decisión de su madre, ya que quería que mejorara su educación, fortaleciera su carácter y adquiriera un buen nivel de inglés. Como hija de padres separados, desde 2007, se reparte las vacaciones. Con la madre suele ir a esquiar, montar a caballo o navegar en Palma de Mallorca. Mientras que el padre es más de visitar monumentos como La Alhambra, Arco o las cabalgatas de los Reyes Magos y también de viajar al extranjero. París solía ser uno de los destinos favoritos, junto con la finca familiar de Soria.
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