Restringido
La película de El Prado
El Festival de San Sebastián acogerá el estreno de un documental sobre la pinacoteca rodado en tecnología 4K, la que usa Scorsese o James Cameron en sus filmes
lcanzar la mirada humana, sus diferentes grados de percepción. El hombre siempre ha aspirado a eso, a simular los logros de la naturaleza con los recursos que le proporciona la tecnología. Un documental de Radio Televisón Española (RTVE) sobre el Museo del Prado ha aplicado por primera vez a sus imágenes la suficiente nitidez y calidad para que la grabación pueda emitirse en la pantalla de una sala de cine y el espectador pueda contemplar las obras con una fidelidad jamás vista con anterioridad. «Si ves "Caballero con la mano en el pecho", de El Greco, apreciarás detalles de la empuñadura con más nitidez que si vas y te acercas en la propia pinacoteca», comenta Juan Carlos González, realizador, junto a José Morillas, de este trabajo que próximamente se exhibirá en el Festival de San Sebastián. «Lo que queremos es difundir por el mundo este patrimonio para que la gente acuda a Madrid a verlo. Nunca podremos sustituir lo que significa una visita a la pinacoteca, las impresiones y sensaciones que transmite la Galería Central. Pero lo cierto es que esta tecnología sí nos permite observar los lienzos como si estuvieras allí. Lo único que no transmitimos es la magia de estar en sus salas, pero la visión y la percepción física de las obras es mejor, incluso, que estar en el museo».
Un resultado que se ha alcanzado al aplicar la tecnología 4K, que multiplica por cuatro la calidad de la alta definición. «En la actualidad hay directores que trabajan en 4K. Así está rodada la saga de "El señor de los anillos"o "Avatar", de James Cameron. El propio Martin Scorsese se ha pasado a ella. En definitiva, se va a imponer», comenta Morillas. Todo comenzó con unas pruebas en Barcelona, un pequeño video de cuatro minutos que testaba las posibilidades que ofrecería el 4K en diferentes condiciones y situaciones. El resultado fue satisfactorio. «La imagen de un plano general que tomamos de la ciudad tenía tal calidad que elementos secundarios se convirtieron en importantes, como, por ejemplo, un pájaro que de repente levanta el vuelo». El breve test dio pie a un plan más ambicioso, más serio: rodar los museos españoles con una calidad que nunca se había imaginado con anterioridad. Y comenzaron por el buque insignia de la cultura española: el Museo del Prado.
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