La sucesión de Benedicto XVI
Café y una tostada para el Papa emérito
CIUDAD DEL VATICANO- Benedicto XVI pasó ayer su primer día completo en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo como obispo emérito de Roma. Tras su llegada en helicóptero el jueves por la tarde y su emocionado saludo a los fieles, cenó, dio un pequeño paseo por los salones suizos de la residencia estival de los papas y durmió a pierna suelta. Eso le dijo ayer por teléfono su secretario personal, el arzobispo Georg Gänswein, al portavoz vaticano, Federico Lombardi, quien informó a los medios de esta conversación.
«Hablaba en un tono distendido y cordial, daba idea de que están en un clima de serenidad y de paz», contó Lombardi, quien explicó que Benedicto XVI dedicará estos días a la oración, a la reflexión, a los paseos y a la lectura. Para ello ha llevado consigo varios libros de teología, espiritualidad e historia, las materias que más le interesan. Entre ellos, «Estética teológica», del teólogo Hans Urs von Balthasar. También leerá las innumerables cartas de aprecio que le han enviado los fieles de todo el mundo. Durante su primera noche en Castel Gandolfo tras dejar para siempre el Palacio Apostólico del Vaticano, el obispo emérito de Roma vio un rato en la televisión las crónicas periodísticas que mostraban sus últimos momentos como Pontífice. «Apreció la participación y la buena presentación que se ha hecho de esos momentos intensos y emocionantes», comentó Lombardi.
Benedicto XVI se levantó ayer muy temprano, como es habitual en él, y celebró la misa a las siete de la mañana. Más tarde tomó uno de sus frugales desayunos, compuesto de un café con leche y una tostada de pan con mantequilla y mermelada de naranja. El portavoz vaticano no confirmó cuál fue el menú en el almuerzo, aunque se puede suponer que estaría formado por algunos de los platos sencillos que preparan las «Memores Domini», las laicas consagradas del movimiento católico Comunión y Liberación encargadas de atenderle. Tras la comida, el obispo emérito de Roma descansó durante un rato y después dio un paseo por los jardines del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo recitando el Rosario.
Futuro incierto para la cuarta encíclica
En sus ocho años de pontificado, Benedicto XVI publicó un total de tres encíclicas: «Deus caritas est» (2006), «Spe salvi» (2007) y «Caritas in veritate» (2009). Sin embargo, no concluyó una cuarta, que, en principio, se publicaría a lo largo de 2013 coincidiendo con el Año de la Fe. Su renuncia ha dejado pendiente el futuro de este texto. Sin embargo, los expertos opinan que es probable que jamás vea la luz. «Podría finalizarlo y que quedara a resguardo en los archivos vaticanos, a la espera de que el futuro Papa pudiera retormarlo», afirma Pablo López, profesor de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad CEU San Pablo. Lo que está claro es que el texto, de llegar a publicarse por voluntad de Benedicto XVI, no podría tener ningún alcance a nivel de doctrina de la Iglesia una vez que Benedicto XVI hizo efectiva su renuncia. Y, además, no está nada claro que el Papa emérito tenga intención de publicarlo. «En mi opinión, es muy difícil que alguna vez vayamos a poder verlo», dice López. «No parece probable que quiera quitar protagonismo, de motu proprio, al nuevo Pontífice. Además, él ya ha declarado su intención de estar oculto a partir de ahora, no sólo de visión, sino de palabra». La encíclica inconclusa gira en torno a la fe y a la Nueva Evangelización, dos temas que han centrado «el mensaje de sus últimos días como Santo Padre».
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