Buenos Aires

Cerco a los conflictos que «hieren a la Iglesia»

El Papa Francisco, ayer, en la Basílica de San Pedro ante la mirada de los nuevos arzobispos
El Papa Francisco, ayer, en la Basílica de San Pedro ante la mirada de los nuevos arzobisposlarazon

Confirmar. Fue el término que sirvió de eje transversal en la homilía que el Papa Francisco dirigió ayer ante las miles de personas que acudieron a la eucaristía con motivo de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, los fundadores de la Iglesia de Roma. Una misa en la que también presidió la imposición del palio, símbolo de comunión con el obispo de Roma, a 35 nuevos arzobispos, entre ellos once latinoamericanos. «¿Qué está llamado a confirmar el Obispo de Roma?», se preguntó, para a renglón seguido responderse: «Ante todo, confirmar en la fe; confirmar en el amor y confirmar en la unidad».

Francisco subrayó la idea de que a menudo, los caminos de Dios no son los caminos del hombre. «Cuando dejamos que prevalezcan nuestras ideas, nuestros sentimientos, la lógica del poder humano, y no nos dejamos instruir y guiar por la fe, por Dios, nos convertimos en piedras de tropiezo», subrayó para a continuación manifestar ante los pastores católicos que «la fe en Cristo es la luz de nuestra vida de cristianos y de ministros de la Iglesia».

Por eso, quiso poner en valor la «gran riqueza» que posee la Iglesia al estar extendida por todo el planeta, una variedad que «se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las teselas se juntan para formar el único gran diseño de Dios». A partir de este símil, el Santo Padre hizo un llamamiento a «superar siempre cualquier conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia» con un lema de cabecera: «Unidos en las diferencias». De hecho, Francisco explicó que «no hay otro camino católico para unirnos. Éste es el espíritu católico, el espíritu cristiano, unirse en las diferencias. Éste es el camino de Jesús». Esto le sirvió para detallar cómo el palio recibido por los obispos como signo de la comunión con el Obispo de Roma es a la vez un compromiso de los prelados «de ser instrumentos de comunión».

Al estilo de Benedicto XVI

La ceremonia de bendición e imposición del palio tuvo lugar al principio de la misa, siguiendo así la línea establecida el año pasado por Benedicto XVI, ya que con anterioridad la imposición de estas estolas, elaboradas con lana de corderos bendecidos, se realizaba tras la homilía. Entre los momentos más emotivos destacó la imposición a Mario Aurelio Poli, quien sucede al Papa argentino como arzobispo de Buenos Aires. «Hoy, como entonces, la fe de la Iglesia habla en todas las lenguas y quiere unir a los pueblos en una sola familia», sentenció.

Al referirse a San Pablo, el Papa argentino reflexionó sobre el ministerio petrino al hacer hincapié en que «el Obispo de Roma está llamado a vivir y a confirmar en este amor a Jesús y a todos sin distinción, límites o barreras». Pero fue más allá al decir que «todos ustedes, nuevos arzobispos y obispos, tienen la misma tarea: dejarse consumir por el Evangelio, hacerse todo a todos. La tarea de no ahorrar, de salir de sí al servicio del santo pueblo fiel de Dios».