Crisis económica
El Papa, a Davos: «Que la riqueza sirva al hombre»
Francisco critica ante los líderes mundiales el reparto de los recursos
Desde que fue elegido el pasado año, Francisco ha sido apodado como «el Papa de los pobres», sobrenombre al que ha hecho honor a lo largo del casi un año que lleva en el Vaticano. La última muestra de su preocupación por los más desfavorecidos la mostró en el Foro Económico Mundial de Davos ayer, cuando instó a los más de 2.500 empresarios y banqueros presentes en él a poner su riqueza al servicio de la humanidad en lugar de contribuir a que ésta la gobierne, a través de un mensaje leído por el cardenal Peter Turkson en la ceremonia de apertura del encuentro.
Censura a la exclusión social
El mensaje fue remitido al profesor alemán Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, que se reunirá desde hoy y hasta el próximo día 25 en la ciudad suiza de Davos para analizar la situación económica y financiera global, como cada año. El Papa censuró en la misiva que, a pesar de los avances en todos los campos durante los últimos años, todavía siga habiendo numerosos casos de exclusión social. «Los éxitos conseguidos y que han llevado a la reducción de la pobreza de un gran número de personas a menudo han supuesto también una difusa exclusión social. De hecho, la mayor parte de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo vive aún bajo una precariedad cotidiana, con consecuencias en ocasiones dramáticas», subrayó, informa Efe.
En este sentido, criticó la repartición global de recursos al recordar que aún hoy millones de personas mueren de hambre, a pesar de que cada día se desperdicien enormes cantidades de alimentos. «No se puede tolerar que millones de personas mueran cada día de hambre, máxime cuando existen cantidades ingentes de comida que, a menudo, son sencillamente desperdiciadas», aseveró el Papa.
«El crecimiento de la igualdad requiere algo más que el crecimiento económico, aunque lo presupone; se requiere, en primer lugar, una visión trascendente de la persona», expresó. En su opinión, el mundo «necesita decisiones, mecanismos y procesos encaminados a una mejor distribución de la riqueza, la creación de fuentes de empleo y la promoción integral del pobre, que va más allá de una simple mentalidad de asistencia». La preocupación del Santo Padre por la difícil situación económica global se dejó así advertir a lo largo de esta carta, y solicitó que este encuentro entre los que más tienen se traduzca en «una ocasión para reflexionar sobre las causas de la crisis económica» que se prolonga ya muchos años.
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