El pontificado de Francisco
El Papa: «Que cada colombiano pueda dar cada día el primer paso»
Ha destacado cómo los colombianos levantaban con orgullo a sus hijos para que los bendijera
El Papa ha reiterado su mensaje de reconciliación para Colombia al instar nuevamente a sus ciudadanos a que construyan juntos «la paz en el amor, en la justicia y en la verdad».
El Papa ha reiterado su mensaje de reconciliación para Colombia al instar nuevamente a sus ciudadanos a que construyan juntos «la paz en el amor, en la justicia y en la verdad». El Pontífice reitera su llamamiento dos días después de haber regresado de su viaje al país latinoamericano para impulsar el pacto entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que extingue medio siglo de enfrentamientos.
«Que cada colombiano pueda dar cada día el primer paso hacia su hermano y hermana, y así construir juntos, día a día, la paz en el amor, en la justicia y en la verdad», ha señalado Francisco durante la tradicional audiencia general que ha presidido en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Visiblemente emocionado, ha destacado cómo los colombianos levantaban con orgullo a sus hijos para que los bendijera. «Yo pensé: ‘Un pueblo que es capaz de mostrar a sus hijos con orgullo es un pueblo con futuro --ha señalado--. Eso me gustó mucho. Mostraban a sus hijos como diciendo: ‘Este es nuestro orgullo, nuestra esperanza». Así, ha destacado que el pueblo colombiano «es un pueblo alegre, con mucho sufrimiento, pero con esperanza».
Ante cientos de fieles que se han congregado en Roma para la ocasión, el Papa ha recordado su periplo de cinco días por las ciudades colombianas de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena de Indias y ha reiterado que el lema del viaje ‘Demos el primer paso’ y que, según ha señalado, estaba centrado en el «proceso de reconciliación que vive hoy Colombia para poder salir de 50 años de conflicto interno».
«En este caso, ‘dar el primer paso’, el lema del viaje, significa acercarse, inclinarse, tocar la carne del hermano herido y abandonado», ha destacado.
El Pontífice ha hecho hincapié en que Colombia, como la mayor parte de los países latinoamericanos, «es un país en el que existen unas fortísimas raíces cristianas». En este sentido, ha analizado que si bien este hecho hace todavía «más agudo» el dolor por la tragedia que la guerra, al mismo tiempo constituye «la garantía de la paz, la base firme para su reconstrucción, el sustento de su invencible esperanza».
«Es evidente que el maligno ha querido dividir al pueblo para destruir la obra de Dios, pero también es evidente que el amor de Cristo, su infinita Misericordia, es más fuerte que el pecado y que la muerte», ha señalado.
Así, ha subrayado que la intención de su visita ha sido bendecir el esfuerzo de ese pueblo, confirmarlo en la fe y en la esperanza, y recibir su testimonio, que es una «riqueza» para su ministerio y para toda la Iglesia». En esta línea, ha explicado que durante su visita apostólica a Colombia pudo «contemplar los deseos de paz y de vida de tantos niños y jóvenes» y conversar con los obispos colombianos y los representantes del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
«En la etapa culminante de mi viaje, Villavicencio, hemos oído el conmovedor testimonio de los mártires y hemos visto el cuerpo mutilado del Cristo de Bocayá, esto nos ha recordado que la paz se funda, ante todo, sobre la sangre de testigos del amor, de la verdad, de la justicia y de la fe», ha indicado.
Al hacer recuento de las etapas del viaje, el Papa ha recordado la misa en la que beatificó al obispo de Arauca Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y del sacerdote Pedro María Ramírez Ramos. Monsalve, obispo de Arauca, fue asesinado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) el 2 de octubre de 1989, cuando se encontraba en una zona rural de Arauquita. Por su parte, Ramírez, el llamado ‘mártir de Armero’, murió asesinado en esa ciudad el 10 de abril de 1948.
También ha señalado que en Medellín y Cartagena, el tema ha trascendido a la misión y al servicio, «con insignes ejemplos de vocación y de seguimiento de Jesús, que hoy como ayer se entregan a los más pobres y se consagran a la promoción humana integral». De Cartagena, la ciudad de San Pedro Claver, apóstol de los esclavos, el Papa ha vuelto a reivindicar la figura del sacerdote jesuita español que «dio la vida por los más pobres y marginados» y ha mostrado que «la verdadera revolución» es la evangélica, no la ideológica, «que libera verdaderamente a la persona y a la sociedad de la esclavitud de ayer y, sobre todo, también de la de hoy».
Finalmente, el Papa ha vuelto a pedir a los colombianos que sean «un pueblo alegre» a pesar del «mucho sufrimiento». Ep
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