La sucesión de Benedicto XVI

El papable Turkson, fuera de cobertura

La Razón
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A pagado o fuera de cobertura. Así está el cardenal Turkson desde que el miércoles 13 saltara a las portadas de los diarios británicos. Una entrevista con buena voluntad se convirtió en un revés. Le bastó decir que la Iglesia estaba preparada para que un Pontífice africano tomara el relevo, para que le postularan como el «papable» exótico y aquello no gustó. El ghanés cerró el grifo a los micrófonos y se recluyó en el silencio mediático. Sonaba a candidatura electoral y eso no combina bien con el púrpura. De ahí el flaco favor que hacen aquellos que ayer empapelaron Roma con carteles al más puro estilo Obama pidiendo el voto, de esos de los que ya están cansados los italianos. Mejor pasar desapercibido. Como el resto de cardenales. Con el apartamento papal sellado, sólo quedan en casa los indispensables para gestionar el día a día. Algunos vuelven a sus lugares de origen para resolver los últimos asuntos antes de que comiencen las congregaciones generales. Es el caso del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que mañana presidirá en La Almudena una eucaristía de acción de gracias por el Pontificado de Benedicto XVI. Escapada relámpago pues a partir del lunes toca obediencia a Sodano y reunirse en torno a la cúpula de San Pedro para tantear el terreno. Tanto el de fuera, esto es, el panorama del mundo en el que se mueve la Iglesia, con la tempestad del secularismo en Europa, las sectas americanas y las barreras diplomáticas asiáticas. Pero también toca verse las caras con tranquilidad y escuchar en ponencias, pero también en el «tú a tú». Todo para buscar ese Pontífice «con vigor» que pedía el ya Papa emérito y que lleve «con mano firme el timón de la Iglesia», como pedía ayer el camarlengo Bertone en LA RAZÓN. Una misión que no tiene pinta de demorarse más allá de tres días de encierro en la Sixtina. Entre otras cosas, porque todos deberían estar el Domingo de Ramos en sus diócesis, lo que hace ajustar en la agenda la entronización para el domingo 17. Pero los planes, a veces, están para romperlos.­