Papa

Hummes y Kasper, sus grandes valedores durante el Cónclave

La Razón
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En los cuatro días que cumplió ayer como sucesor de Benedicto XVI, Francisco ha hablado de dos de los cardenales que más admira y con los que mantiene una relación más estrecha: el brasileño Cláudio Hummes, arzobispo emérito de Sao Paulo y prefecto emérito de la Congregación para el Clero, y el alemán Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Unidad de los cristianos. Fueron precisamente Hummes y Kasper dos de sus grandes valedores en el Cónclave. Si del brasileño habló el sábado durante su encuentro con los periodistas, al alemán lo mencionó ayer en su alocución previa al rezo del Ángelus. Dijo que «estos días» había leído un libro de Kasper, al que calificó de «un teólogo muy bueno». Se trata de «Misericordia: concepto fundamental del Evangelio-Clave de la vida cristiana», que acaba de llegar a las librerías en su edición italiana. «Me ha hecho tanto bien ese libro... Pero no creáis que hago publicidad a los libros de mis cardenales. ¡No es así!», dijo Francisco, ganándose el aplauso y las risas de la multitud que abarrotaba la plaza de San Pedro.

«El cardenal Kasper dice que sentir misericordia es lo mejor que podemos sentir», pues es algo capaz de «cambiar el mundo». «Un poco de misericordia hace el mundo menos frío y más justo», dijo Francisco, advirtiendo de que hay que «entender bien» esta característica de Dios, de este «Padre que tiene tanta paciencia». El cardenal alemán y el Papa coinciden en que esta virtud debe estar en la base de la doctrina católica. «La misericordia divina constituye el núcleo y la suma de la revelación bíblica sobre Dios», escribe Kasper en su libro.

En la misma línea de pensamiento teológico se mueve Hummes. Curiosamente, los tres fueron creados cardenales por Juan Pablo II en el consistorio del 30 de enero de 2001. En una entrevista publicada el sábado por el diario «Folha de S. Paulo», el cardenal brasileño subraya que la Iglesia necesita «una reforma en todas sus estructuras», algo que puede esperarse con el nuevo Papa, cuyo nombre, Francisco, «es en sí mismo todo un programa». Para Hummes, franciscano, Bergoglio es el primer Papa que de verdad no es europeo, pues los Pontífices anteriores que no habían nacido en el viejo continente provenían del entorno mediterráneo y compartían su cultura. La elección de Francisco muestra que la Iglesia católica «es universal», que existe «para toda la universalidad, no sólo para Europa».