Kenia

Kenia espera al Papa sin miedo al terrorismo

Un cartel da la bienvenida al papa Francisco junto a la escultura de un elefante en el aeropuerto internacional Jomo Kenyatta en Nairobi
Un cartel da la bienvenida al papa Francisco junto a la escultura de un elefante en el aeropuerto internacional Jomo Kenyatta en Nairobilarazon

En Nairobi, solo las banderas blancas y amarillas y el verde militar de algunos soldados desplegados por las calles del centro recuerdan que no es un día cualquiera en la capital keniana: Hoy llega el Papa Francisco.

Junto al presidente de EEUU, Barack Obama, el pontífice es uno de los pocos líderes internacionales que se ha atrevido a pisar Kenia, país bajo la constante amenaza del grupo yihadista somalí Al Shabab.

Quienes le esperan aquí, aseguran que no hay tanto que temer.

"Peligro hay donde sea y no solo para el Papa, sino para quien viaje. Acaba de venir Obama, y no hubo ningún problema. No se puede decir que no vengan a Kenia porque es inseguro, lo mismo se podría decir de España, Francia o México", asegura a Efe el sacerdote mexicano Francisco Trujillo.

El misionero, que ejerce desde 2009 a los pies del Kilimanjaro, toma fotos del altar donde el Papa oficiará mañana una multitudinaria misa que congregará a decenas de miles de personas en el campus y las inmediaciones de la Universidad de Nairobi.

Al pie del escenario Papal, grupos de seminaristas se hacen selfis con sus tabletas o se prueban la estola oficial de la visita vaticana, a pocas horas del que promete convertirse en el acto más significativo de la primera visita de Francisco a Kenia.

"Tenéis que conseguir las estolas blancas y los brazaletes rojos. Si no tenéis brazaletes rojos, no os dejarán entrar, seáis obispos o sacerdotes", advierte el padre Edward, responsable de organizar la comunión.

Protegido del sol ecuatorial por un gorro y unas gafas oscuras, el sacerdote da instrucciones con ayuda de un megáfono a más de un centenar de religiosos, a quienes pide que no confíen a sus hábitos el acceso al recinto universitario mañana.

Mientras la mayoría tendrá que conformarse con seguir la homilía desde las pantallas y altavoces instalados en los parques cercanos, el pontífice y su delegación estarán custodiados por fuertes medidas de seguridad, y los invitados deberán cumplir con estrictos requisitos de acceso.

El responsable del césped que recubre el santo recinto, uno más de los "expertos"que estos días hablan con trascendencia del asunto, cree que "se han tomado las medidas de seguridad adecuadas", y está convencido de que "la inteligencia y todo está en su sitio".

El jardinero keniano y su equipo de veinte personas llevan un mes trabajando para poner el recinto a punto, y su mayor desafío ha sido encontrar a gente preparada.

A Aurelia y Cecilia, dos floristas que ya decoraron el estadio de Nairobi donde Obama se dirigió a los kenianos, no les falta experiencia. Hoy engalanan el altar con rosas y calas blancas y amarillas, los colores de la bandera del Vaticano.

Aurelia, que se considera una "ferviente católica", confía en que el Papa traiga un mensaje de "paz y amor", dice sin querer profundizar en el discurso político que espera de Francisco por temor a represalias.

"Kenia no está viviendo una situación fácil en la parte política, hay mucho tribalismo, los grupos étnicos se pelean y eso se trasmite a la política", explica el cura mexicano.

Cerca de allí, en el céntrico Uhuru Park, Carol, vendedora en un puesto de comida callejero, dice que los kenianos recibirán al Papa con la misma expectación con la que acogieron a Obama el pasado julio, y ni siquiera lamenta que mañana no vaya a poder hace caja porque es día de oración nacional y no podrá trabajar.

La ciudad, que hoy es un hervidero donde los empleados municipales apuran los últimos arreglos ornamentales, quedará vacía y cerrada al tráfico: un estado de sitio con el que Nairobi suele proteger a sus invitados más ilustres.

"Los miedos te pueden frenar, y es lo que no queremos", apostilla Trujillo.

Él espera sereno e incluso asegura haber llegado al "séptimo cielo"un día antes de ver al Papa Francisco: bajo su estola esconde una camiseta del Barça, que ayer le metió seis goles a la Roma.

Efe