Roma
La Iglesia católica y ortodoxa acercan posturas en Estambul
Enfrentadas durante siglos, las iglesias greco-ortodoxa y católica viven en Estambul un período de armonía, con la esperanza de una reunificación que supere el cisma del Cristianismo hace casi un milenio. Una pancarta con las imágenes del Papa Francisco y el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa, Bartolomeo I, decora la entrada a la iglesia de San Antonio en Estambul, con la leyenda "Bienvenidos"en turco y en inglés.
La comunidad católica de la metrópolis en el Bósforo está ultimando sus preparativos para la reunión del obispo de Roma con el de la histórica Constantinopla, un evento que también los ortodoxos esperan con máxima expectativa.
En la iglesia, situada en el barrio de Istiklal, en pleno centro comercial de Estambul, se distribuyen postales con una foto que muestra a ambos líderes y en el reverso propone la oración que se pronunciará estos días.
"Señor, haz que este encuentro sea un paso decisivo hacia la unidad visible de Tus hijos", rezan las tarjetas.
Podrá serlo, confirma en conversación con Efe el portavoz de la Iglesia Ortodoxa de Estambul, la antigua Constantinopla, Dositheos Anagnostopoulos.
"Tenemos más esperanzas que nunca que, en efecto, llegará un día donde será realidad la reunificación de las dos Iglesias. Este día se está aproximando, si Dios lo quiere", asegura.
Primer paso, hace 50 años
El primer paso se dio hace justo 50 años, con un encuentro de Pablo VI y el patriarca Atenágoras en Jerusalén, en 1964.
Tres años más tarde, ambos líderes cristianos se visitaron mutuamente en Roma y Estambul, un gesto que también realizaron los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI décadas más tarde.
"El diálogo entre las dos Iglesias ha tenido altibajos pero ahora vivimos una atmósfera muy positiva", dice Anagnostopoulos.
El actual patriarca Bartolomeo ha contribuido a ello, visitando Roma el día de la inauguración del papa Francisco el año pasado.
De hecho, fue la primera vez en la historia que un arzobispo de Constantinopla asiste a la ceremonia de introducción en el cargo del Obispo de Roma.
"¿Tan importante es? Sí: muestra que uno respeta al otro tanto -o si se me permite decir: uno ama al otro tanto- que lo acompaña en el día más importante de su vida. Teológicamente no significa gran cosa, pero desde el punto de vista humano, cristiano, sí es un gran paso", explica el padre ortodoxo.
Y quizás la clave del diálogo esté en estos gestos, porque los dogmas de las dos Iglesias apenas se diferencian; la única cuestión fundamental de la desunión es la del primado papal, recuerda.
Ésta cuestión de jerarquía fue el motivo del cisma de 1054, que llevó a la separación de las dos Iglesias, con normas canónicas diferentes pero sin mayores disputas teológicas.
"El papa se entiende como el representante de Jesucristo en la Tierra, es decir para todos los cristianos. Los ortodoxos aceptamos este primado, pero lo vemos como el 'primus inter pares', el primero entre obispos de igual rango, no es el soberano absoluto de la cristiandad", recalca Dositheos.
El Patriarca ecuménico, por su parte, nunca ha tenido esa aspiración hegemónica y únicamente se considera el de mayor rango entre los prelados ortodoxos, agrega.
"La administración, para llamarlo así, de la cristiandad es para nosotros cosa de un sínodo. El de mayor rango en este sínodo sería, efectivamente, también para nosotros, el Obispo de Roma", concluye el portavoz de la comunidad ortodoxa.
El domingo 30 de noviembre, el día de San Andrés, el patrón del Patriarcado de Constantinopla, Francisco y Bartolomeo oirán misa juntos en la iglesia ortodoxa.
Un gran momento para la comunidad ortodoxa griega de Estambul, de la que ya sólo quedan unas 3.000 almas, tras los pogromos y el acoso legal de los años 1940 y 1950 cuando había más de 100.000, cerca del 10 % de la población estambulí.
El propio Dositheos Anagnostopoulos, nacido en Estambul, emigró con su familia a Alemania y sólo volvió a Turquía tras jubilarse, para colaborar en el Patriarcado.
Trabajo no falta porque desde estas oficinas se administran más de 50 diócesis de la diáspora ortodoxa, desde América a Australia, que pueden sumar unas 9 millones de personas, estima.
Pese a que su profesión es la de biólogo y matemático, también da misa, ante la falta de sacerdotes.
Es que no se pueden formar teólogos locales porque el gobierno turco todavía no permite reabrir el seminario cristiano ortodoxo de la isla de Heybeliada, cerca de Estambul.
Turquía vincula esta antigua reivindicación del Patriarcado al tratamiento de los musulmanes en Grecia, lo que demuestra que pese a todas las buenas palabras del gobierno, éste sigue considerando a los ciudadanos de fe ortodoxa como una comunidad extranjera.
Con todo, lo peor, en el sentido espiritual, es que católicos y ortodoxos no reconocen mutuamente la comunión administrada por sus sacerdotes, opina el padre Dositheos.
Este punto será resuelto fácilmente una vez consensuada la cuestión del primado, añade.
Porque, como recuerda la oración católica citada, San Pedro y San Andrés no sólo fueron los dos primeros apóstoles de Jesucristo sino, además, hermanos.
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