Vaticano
Los cardenales más universales de Benedicto XVI
El Papa nombra seis nuevos purpurados, ninguno de la vieja Europa
La Iglesia católica cuenta con seis nuevos cardenales. Benedicto XVI presidió ayer el segundo consistorio del año (algo no visto en ochenta años) para imponer la birreta roja y el anillo que simbolizan su ingreso en el Colegio Cardenalicio a seis pastores venidos de América, Asia y África. No había ningún europeo, lo que también supone una importante novedad, pues la ceremonia de ayer fue en cierta forma una segunda parte de la que tuvo lugar el pasado febrero, cuando predominaron los neocardenales europeos, italianos y pertenecientes a la Curia romana.
Los seis protagonistas del consistorio fueron: Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana; el estadounidense James Harvey, prefecto de la Casa Pontificia y nuevo arcipreste de la basílica de San Pablo Extramuros; el libanés Béchara Boutros Rai, patriarca de Antioquía de los maronitas y responsable en buena parte del éxito del reciente viaje del Papa a su país; el indio Baselios Cleemis Thottunkal, representante de los católicos siro-malancares; el nigeriano John Olorunfemi Onaiyekan, arzobispo de Abuja; y el filipino Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila.
Todos los neocardenales tienen menos de ochenta años, por lo que podrían elegir al nuevo Papa en caso de un eventual cónclave. España, por su parte, tiene cinco purpurados menores de 80 años, por lo que es el quinto país con mayor representación del Colegio Cardenalicio.
Benedicto XVI eligió un tema muy apropiado para su intervención: la universalidad de la fe católica. Comentó que la Iglesia existe para «todos los pueblos» del mundo, por lo que se expresa con las «diversas culturas de los distintos continentes». El Papa alabó la «polifonía de las voces» de la comunidad cristiana subrayando que el Colegio Cardenalicio «se sitúa en el surco y en la perspectiva de la unidad y la universalidad de la Iglesia: muestra una variedad de rostros, en cuanto expresa el rostro de la Iglesia universal».
Lágrimas desde Manila
El más emocionado de los neocardenales fue el arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle. No pudo evitar las lágrimas tras recibir del Papa la birreta y el anillo cardenalico. Con 55 años, es uno de los purpurados más jóvenes de la Iglesia y hay quien ya le ha introducido en la quiniela de papables.
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