«Los obispos estamos volcados en llegar al último»

Benedicto XVI hizo ayer un llamamiento al episcopado para que luchen contra el «agnosticismo imperante». ¿Cómo lo interpreta?

-El Papa insiste en la búsqueda y la conquista de la Verdad. Para encontrar la verdad hay que ser valientes, lo sencillo es toparse con el relativismo: yo tengo mi verdad, lo que a mí me gusta, lo que me parece... Frente a esto, hay que predicar la Verdad, que no es otra cosa que predicar a Jesucristo. Y esta es precisamente la nueva evangelización a la que el Papa nos está llamando. Tanto este año como el pasado, el Papa ha pronunciado unas homilías preciosas en las que insiste en cómo los Reyes Magos eran hombres inquietos, en búsqueda, que no se conformaban. A partir de ahí los compara con los obispos para invitaron a anunciar el Evangelio con toda su pureza y fuerza, el gran reto del siglo XXI.

En este momento de dificultad que atraviesa España, ¿en que se traduce este desafío?

-Hemos de ser ejemplo para los más pobres, ayudarles sin que la mano derecha sepa lo que hace la izquierda en unos casos, y en otros, haciendo gestos para que se conozca la presencia de la Iglesia. Los obispos estamos volcados en poder llegar hasta el último, y lo hacemos a través de Cáritas, buscando cómo llegar cada vez a más gente. Todos tenemos que arrimar el hombro.

¿El término «pastor» es la que mejor define a un obispo?

-Yo siempre digo que soy padre y pastor. Para mí ser padre implica saber escuchar, el que tiene autoridad desde el servir y el que quiere por encima de todo. El Papa se refiere al obispo como «el siervo de los siervos de Dios». «Estoy aquí para serviros», es la frase que suelo repetir en la diócesis, cuando predicas el Evangelio, al administrar los sacramentos...

Terminado el Sínodo de los Obispos, ¿qué poso le queda?

-El mensaje que se lanzó en torno a la imagen de la Samaritana, la gente que va a buscar agua al pozo con su realidad y sus problemas. Esto nos tiene que avivar constantemente para ser como Cristo, como los apóstoles, que sepamos escuchar a aquel se acerca para responder a esa sed que no sólo es de agua natural sino de Verdad.