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Rafael Navarro-Valls: “Mi hermano Joaquín revolucionó la comunicación de la Iglesia”

Así lo afirma el vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación Española, quien presenta un libro que homenajea a quien fuera portavoz de la Oficina de Prensa de El Vaticano

Rafael Navarro Valls / Foto: Luis Díaz
Rafael Navarro Valls / Foto: Luis Díazlarazon

Así lo afirma el vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación Española, quien presenta un libro que homenajea a quien fuera portavoz de la Oficina de Prensa de El Vaticano.

Hablar de una figura «revolucionaria» en la Iglesia católica es hablar de Joaquín Navarro-Valls. El que fuera portavoz de la Santa Sede y la mano derecha de Juan Pablo II durante más de 22 años, se convirtió en el primer laico y no italiano en ocupar este puesto. El próximo mes de julio se cumplen dos años desde que Navarro-Valls falleciera a sus 80 años de edad, pero su legado está más vivo que nunca. El pasado miércoles, su hermano, el jurista y vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, Rafael Navarro-Valls, presentaba «El portavoz» (Editorial Rialp) un libro que recoge 20 testimonios sobre la época del médico y periodista al frente de la Oficina de Prensa de El Vaticano.

–¿Por qué ha decidido que éste sea el momento para publicar el libro?

–Debía preceder a las memorias de Joaquín, que está previsto publicarlas en octubre. De ahí que era el momento adecuado para publicar éste.

–Navarro-Valls fue el primer no italiano y laico en ocupar el puesto de portavoz de la Santa Sede, ¿qué supuso esto para él y para la Iglesia ?

–Para él fue un gran honor. Su actuación fue muy eficaz. Con su mentalidad laical dio un verdadero vuelco al sistema de comunicación de la Iglesia. Por eso en el libro varios colaboradores le atribuyen el título de «revolucionador» de la información de la Santa Sede.

–¿Cuál era su sello propio?

–Lo característico es que estaba en contacto directo con Juan Pablo II y Benedicto XVI. De ahí que sus declaraciones como portavoz tenían siempre el signo de la veracidad y lealtad a las fuentes. Con él la información fue transparente al máximo.

–La obra recoge el testimonio de 20 personas que compartieron con él momentos a lo largo de sus 22 años al mando de la comunicación del Vaticano, ¿por qué estas personas y no otras?

–No fue fácil seleccionar del incontable número de amigos de Joaquín. Se eligieron aquellas que, según mi criterio, lo habían conocido mejor tanto en el ámbito profesional, familiar o personal. Seguro que bastantes de los no entrevistados se molestaron, pero había que hacerlo rápido.

–¿Ha sido muy difícil conseguir los testimonios?

–No fue fácil lograr los de personalidades tan prestigiosas como el director de «La Repubblica», el jefe de Associated Press, la viceministra de Exteriores noruega, el presidente de Fiat y Ferrari, el cardenal que estuvo 50 años con el Papa Juan Pablo II como secretario, o la ministra de sanidad italiana, entre otros. Se trataba de hacer entrevistas en cuatro idiomas (español, italiano, inglés y polaco) y por eso el proceso nos ha llevado un año de trabajo.

–¿Alguno de ellos cuenta alguna anécdota que no se haya hecho pública antes?

– Las anécdotas incorporadas al libro son más de un centenar. Probablemente las menos conocidas son las conversaciones de Joaquín con el Papa Juan Pablo II en su excursiones por alta montaña y la nieve.

–¿De todos los testimonios hay alguno que fuera especial para su hermano?

–Sus vivencias personales como testigo personal de la oración intensa del Pontífice.

–Aparte de su labor como jefe de la Oficina de Prensa del Vaticano, también fue el enviado personal del Papa para preparar el viaje a Cuba con Fidel Castro o para transmitir un mensaje del Pontífice a Gorbachov, ¿el libro también recoge algún testimonio sobre estos encuentros?

–Efectivamente. También sus choques con Al Gore en la conferencia de El Cairo o la tensión creada en torno a la nunciatura vaticana en Panamá con motivo del encierro de Noriega. Y muchas más, pero estas son muy especiales.

–¿Cómo describiría su hermano a Juan Pablo II?

–Esto fue lo que declaró Joaquín sobre él: «Soy consciente de que tendré que rendir cuentas a Dios por la inmensa suerte de haber podido trabajar con una persona en cuya cercanía se palpa la existencia de la gracia». Esta afirmación resume la relación tan especial que les unía.