Catolicismo

Sigue despertándonos a la alegría

La Razón
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El Papa Francisco ha dado la noticia de la creación de cinco nuevos cardenales, entre los que se encuentra el arzobispo de Barcelona, don Juan José Omella. Lo considero un amigo y gozo de su cercanía, pero, más allá de esto, quiero manifestar a todos los que lleguen estas palabras que el Santo Padre ha nombrado un cardenal que entiende que la vida tiene que ser vivida mirando hacia el futuro, pero que también ésta solamente se comprende mirando al pasado, lo que nos hace vivir el presente con radicalidad evangélica. Esa radicalidad que nos hace capaces de escuchar, dialogar y encontrarnos con los demás sin esquemas premeditados ni discursos formales; que nos hace ser creadores de puentes y destructores de muros con el amor mismo del Señor.

Doy gracias a Dios y me uno a toda la archidiócesis de Barcelona, porque estoy seguro de que este nombramiento les transmite aliento y esperanza. El Papa Francisco confía en su arzobispo, quien tiene, a mi modo de ver, una capacidad especial para generar confianza incluso en aquellas personas que están distanciadas de la Iglesia. Si tuviera que resumir lo que yo veo en la persona del cardenal electo Omella, lo haría con cuatro palabras: alegría, cercanía, esperanza y testimonio.

1. Alegría: es un hombre de y con alegría, una alegría creíble que nace del encuentro con Jesucristo y que no es autocomplacencia ni autorreferencialidad. Es una alegría llena de fuerza que denuncia sombras y tristezas, lo mantiene configurándose con Cristo y mirando la realidad con su amor.

2. Cercanía: quienes lo conocen y quienes por primera vez se acercan a Él, se sienten hermanos. Recuerdo aún la fuerza que tuvo la homilía de su toma de posesión como arzobispo de Barcelona. Y al frente de la Comisión de Pastoral Social nos ha mostrado que no tiene miedo a las periferias, sean las que sean. Se acerca con pasión a los periféricos, con su amabilidad y encanto evangélico. Nunca se aleja de la gente ni de sus problemas; su vida es proximidad cariñosa, al mismo tiempo que firme cuando tiene que desatar nudos.

3. Esperanza: es hombre de y con esperanza. Abre caminos para construir esa gran historia que el Señor desea que hagamos, acariciando la vida de todos los hombres con el amor de Cristo que engendra siempre esperanza. Nunca lo he visto ceder a la confianza en números o eficiencias, ni siquiera confiar en sus propias fuerzas; nunca se une a profetas de desventuras, se une a Cristo que siempre nos arma con su amor y con su luz.

4. Testimonio: sabe lo que hoy la Iglesia tiene que despertar al mundo. Y para ello manifiesta con su vida que nosotros somos los primeros que hemos de estar vigilantes y despiertos y caminar al lado de los débiles e indefensos, siempre con el coraje para construir la fraternidad y hacer amanecer la justicia, la paz y la abundancia para todos los hombres.

Sigue Juan José Omella, cardenal electo desde ayer, regalando con tu mirada interior y exterior el testimonio de la misericordia y el perdón que son las medicinas que curan y sanan las heridas que los hombres nos hacemos.