Costa de Marfil

Un matrimonio entre un musulmán y una católica dan ejemplo de tolerancia en el Sínodo

Fotografía facilitada por «L'Osservatore Romano» que muestra al Papa llegando al Sínodo el lunes
Fotografía facilitada por «L'Osservatore Romano» que muestra al Papa llegando al Sínodo el luneslarazon

Un matrimonio formado por un musulmán y una católica procedentes de Costa de Marfil relataron hoy sus 52 años de matrimonio y de tolerancia recíproca de sus confesiones en el Sínodo de los obispos sobre la familia que se celebra en el Vaticano. En la tercera jornada del Sínodo cada sesión es introducida, como está siendo habitual, por un matrimonio que cuenta su experiencia y esta mañana tomó la palabra Jeannette Touré, católica de Costa de Marfil, casada desde hace 52 años con un musulmán.

Touré preguntó a los obispos sobre si la Iglesia católica tiene en cuenta que la familia ha cambiado en estos años y existen familias monoparentales, familias reconstituidas, familias rotas, o familias homosexuales pero también familias mixtas como la suya.

“Un musulmán y una mujer católica que comenzaron a amarse hace poco más de 52 años y se continúan amando aún, ¿pueden ser testigos del Evangelio para sus hijos, su familia, sus amigos y las diferentes comunidades religiosas?”, interpeló a la asamblea.

Para Touré, la respuesta a este interrogante es el “testimonio de su vida tras 52 años de vida en común, vivida en la tolerancia, el respeto mutuo a cada una de las creencias y el apoyo de unos a otros”.

La marfileña explicó que ella ha podido educar en la fe católica a sus cinco hijos, todos ellos bautizados, gracias a que su marido estaba de acuerdo.

Reconoce que a veces “modelos opuestos” no siempre tienen un final feliz en la familia, pero que el objetivo que se debe marcar una pareja es “buscar la felicidad de todos y de cada uno de los individuos”.

“Antes de hablar de todas las amenazas que pesan sobre la familia es urgente que las familias regresen a su misión que es la de ser un lugar donde puedes ser tú mismo sin temor a ser juzgados, donde uno aprende a tener confianza a través de la mirada de admiración y al mismo tiempo lúcida que los padres tienen sobre sus hijos”, afirmó.