«¿Y si nos equivocamos?»

Un cardenal es una persona como cualquier otra y, por eso, tiene miedo a equivocarse. Cuando lo hace en la diócesis que pastorea o ejerciendo el cargo de la Curia romana que se le ha encomendado, el error puede ser de mayor o menor gravedad, pero ¿qué ocurre si yerra cuando debe desempeñar su responsabilidad más importante?

Un cardenal es una persona como cualquier otra y, por eso, tiene miedo a equivocarse. Cuando lo hace en la diócesis que pastorea o ejerciendo el cargo de la Curia romana que se le ha encomendado, el error puede ser de mayor o menor gravedad, pero ¿qué ocurre si yerra cuando debe desempeñar su responsabilidad más importante? ¿Qué pasa si se equivoca eligiendo al nuevo Papa? Aunque todos los purpurados confían en que cuando estén en la Capilla Sixtina durante el cónclave les ilumine el Espíritu Santo, no son ajenos al miedo al fracaso. «Por supuesto que sentimos sobre nuestras espaldas el peso de la responsabilidad», asegura un cardenal que prefiere mantener el anonimato. «Por fortuna tengo un círculo de personas a mi alrededor que me apoyan. Cuando los amigos, la familia y otros sacerdotes me dicen que están rezando para que Dios nos guíe, me tranquiliza mucho. Durante el cónclave tendremos por delante una tarea muy importante. La verdad es que elegir al que será el próximo Papa de la Iglesia católica impresiona un poco. De hecho, cuando me crearon cardenal deseé no tener que pasar nunca por este trance», afirma el purpurado.

Aunque aún no hay fecha oficial y los miembros del Colegio Cardenalicio todavía no han recibido las citaciones, se cree que el cónclave comenzará entre el 15 y el 20 de marzo, de manera que, si las votaciones no se alargan en demasía, el nuevo obispo de Roma podría ser elegido antes del inicio de la Semana Santa. «Tenemos por delante un trabajo eclesial de mucho peso. Esperamos poder desempeñarlo con el máximo sentido de la fe y buscando el bien de todos los católicos», dice el cardenal.

En estos atribulados días que van del anuncio sorpresa de renuncia por parte de Benedicto XVI hasta el inicio del período de sede vacante el 28 de febrero, la conversación más recurrente en Roma gira en torno a quién será el próximo Papa. Uno de los favoritos de las casas de apuestas es el ghanés Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Al contrario de otros miembros del Colegio Cardenalicio presentes en las quinielas de los «papables», Turkson ha concedido alguna entrevista. En declaraciones al diario italiano «Il Messaggero», asegura que todos le preguntan por su condición de aspirante al solio pontificio, a lo que siempre responde: «Todos los cardenales son candidatos y puedo garantizar que entre nosotros no hay grupos de presión. El cónclave es un gran momento de unión para la Iglesia». Interpelado por el diario británico «The Times» sobre la posibilidad de que sea elegido un Papa africano, afirma que «no le sorprendería» que el sucesor de Benedicto XVI proviniese «del sur del mundo, de África, América Latina o Asia». Destaca, eso sí, la fuerza de la comunidad cristiana latinoamericana por encima de la africana. Para saber si «los tiempos están maduros para la elección de un cardenal africano», recuerda que habrá que esperar a lo que decidan los purpurados menores de ochenta años y, por tanto, con derecho a voto, cuando entren en la Capilla Sixtina después del «extra omnes» (todos fuera). Guido Marini, maestro de las ceremonias pontificias, pronunciará esta frase en el momento en que los cardenales «electores» comiencen a elegir al Pontífice número 266 de la historia de la Iglesia católica.