Salud
Esteban Martínez: “Esperamos que el número de quienes reciban la terapia pre exposición no sea elevado”
Entrevista al Presidente de Gesida
El próximo martes 29 de octubre se celebrará la VII Edición de las Becas Gilead a la Investigación Biomédica que cada año otorga la compañía y que se han convertido en un referente consolidado para la I+D en España. El programa, que destinará 900.000 euros como dotación total para los galardonados, cuenta con la colaboración y respaldo de las principales sociedades científicas, como es el caso del Grupo de Estudio del Sida (Gesida). Hablamos con su presidente de los retos de la investigación en VIH.
-Hace un par de semanas se anunció que se financiará públicamente el tratamiento pre exposición del VIH, una reivindicación suya de largo tiempo. ¿Qué supondrá este hecho?
-La profilaxis pre-exposición, coloquialmente llamada PrEP, es una medida científicamente probada que reduce la incidencia de nuevas infecciones por VIH en personas con alto riesgo de infección. No se trata solamente de la financiación de la medicación, sino de la infraestructura sanitaria para que esa medida se realice correctamente. Por ello, es necesaria una planificación de los centros donde se realizará, el personal que lo llevará a cabo y la protocolización sobre cómo se hará. Y, además de la prevención de la infección por VIH, tiene que contemplar la prevención y el control de las infecciones de transmisión sexual en general.
-¿Qué porcentaje se podría ver beneficiado de esta medida?
-El número de personas que reciban la PrEP es de esperar que no sea elevado. En Francia, un país con una población mayor que España, en el primer año de implantación de la PrEP dentro de la cartera de servicios de la Sanidad pública, se administró PrEP a 2.805 personas.
-La investigación española consiguió este año un hito histórico, el segundo paciente libre de la enfermedad. ¿Estamos cerca de la curación del VIH?
-Este caso es excepcional. Es una satisfacción que se haya podido conseguir. Puede ayudar a conocer mejor los mecanismos implicados en la persistencia de la infección por VIH y los factores que pueden ayudar a su eliminación permanente con el trasplante de médula ósea. Sin embargo, los pacientes tenían una indicación aprobada para realizar el trasplante, generalmente una neoplasia hematológica, y la mortalidad de este tratamiento es muy alta (20% al cabo de tres meses y 50% al cabo de un año). Por tanto, este tratamiento no se puede generalizar. Pero es innegable que los avances no cesan y debemos seguir teniendo en el horizonte la curación
-¿Qué áreas de investigación resultan, en su opinión, más prometedoras?
-Hay muchas y muy variadas a nivel básico, epidemiológico y clínico. Desde mi punto de vista clínico creo que las infecciones de transmisión sexual (su prevención y tratamiento, el diagnostico rápido y simultáneo mediante paneles de gérmenes más frecuentes, la epidemiología molecular, los mecanismos de resistencia, los factores de riesgo, entre otros muchos aspectos), la simplificación del tratamiento antirretroviral, el envejecimiento de la población VIH y las comorbilidades y la salud mental de las personas seropositivas serían las áreas de investigación más prometedoras.
-Ha dicho que ningún sistema de salud está preparado para enfrentar el dilema del envejecimiento de las personas con VIH. ¿Por qué?
-El hecho de que la infección por VIH ya no sea una enfermedad necesariamente mortal a corto plazo ha hecho que estos pacientes envejezcan con la infección. El legado de esta infección, que en el pasado no se podía tratar de forma adecuada por falta de medicación eficaz, y el de la toxicidad de los tratamientos antirretrovirales antiguos contribuyen a que las personas seropositivas puedan tener más riesgo de comorbilidades de que les correspondería tener si no estuviesen infectadas. Por otro lado, algunos afectados también tienen un estilo de vida poco saludable. Todo ello puede contribuir a que aparezcan problemas de salud no relacionados directamente con el VIH a medida que envejecen. Este hecho, que ya lo constatamos en las unidades de atención médica a esta población, ha hecho que se modifiquen las necesidades de cuidados médicos y que nos adaptemos para dar respuesta a este cambio y busquemos la sinergia con otros profesionales sanitarios, entre otros uno que quiero destacar especialmente: los médicos de primaria.
-Los avances en el tratamiento del VIH han hecho que la juventud haya perdido el miedo al sida y provocando, de paso, un repunte de las enfermedades de transmisión sexual. ¿Qué alcance tiene esto?
-Es cierto. Los adolescentes y los adultos jóvenes no han conocido la época dura del sida, cuando la infección por VIH era sinónimo de enfermedades graves que llevaban a la muerte. Algunos ni siquiera han pensado nunca en ella, otros quizás conocen la infección VIH pero piensan que eso no me va a tocar a mí. Pero no sólo la juventud; adultos de más edad pueden estar en la misma situación. Necesitamos campañas de prevención que hablen claro y a toda la población sobre el riesgo de las infecciones de transmisión sexual, más allá del VIH con el que comparten la vía de transmisión.
-Como presidente de Gesida, ¿qué retos se plantea?
-Hemos doblado el número de socios en los dos últimos años. Actualmente, son más de 600. Me alegra mucho saber que hay muchos jóvenes, pues ellos son un grupo que queremos potenciar. También la participación de los socios en las actividades y en los roles de la sociedad. Queremos aumentar el número y la calidad de las actividades científicas y docentes que realizamos, intentando estar a la altura de los cambios en el conocimiento y en los nuevos problemas y retos que aparecen. Y promover lazos estables de colaboración con las administraciones públicas y otras sociedades médicas en aras a los fines comunes que tenemos. Todo ello con la máxima transparencia y eficiencia en los procesos administrativos y de toma de decisiones.
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