
Oncología
No solo el alcohol es responsable del cáncer de hígado
Las enfermedades hepáticas están invisibilizadas por relacionarse con prácticas no saludables

Las enfermedades hepáticas son patologías desconocidas y silenciadas, sin voz ni visibilidad, para las que hasta hace poco no había mucha investigación ni novedades terapéuticas. Además, están fuertemente estigmatizadas, asociadas al alcohol o las drogas. Es por ello que patologías, como el cáncer de hígado, siempre han estado invisibilizadas por relacionarse con prácticas no saludables cuando la realidad es que son responsables de solo un porcentaje de los casos. Es más, muchos pacientes lo ocultan, incluso a su familia por este motivo. De ahí que sea tan importante sacarlo a la luz y normalizarlo. La visibilización no solo es beneficiosa para el paciente, sino también para la investigación.
Por tanto, y con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud Digestiva, es necesario darle voz para hablar abiertamente de la condición de estos pacientes, de sus necesidades y de la importancia de la innovación y de la investigación para seguir avanzando en su abordaje. Como la campaña «Hablemos sin filtro», de AstraZeneca, con la que pretende acabar con los prejuicios sobre la enfermedad y favorecer una conversación abierta y sincera sobre la situación. «Esta enfermedad hepática arrastra un estigma particular –al vincularse de forma automática a conductas o hábitos previos–, lo que puede generar culpa, silencio o negación y, en consecuencia, limitar no solo la concienciación colectiva y el impulso de programas de cribado, sino también que las personas acudan a las consultas de cribado de este cáncer», cuenta María Reig, jefa de la Unidad de Cáncer de Hígado del Hospital Clínic, de Barcelona.
Otra realidad frecuente es que el diagnóstico del hepatocarcinoma se suele producir en una fase avanzada. El hígado no duele, por eso, es importante anticiparse. «Es un tumor muy silencioso, y sus síntomas suelen aparecer cuando la enfermedad ya está avanzada –confirma Reig–. Solo da síntomas cuando está avanzado o en la fase de complicaciones. Estos incluyen cansancio, aumento del perímetro abdominal debido a la retención de líquidos, un tinte amarillo en la piel, dolor abdominal continuo y de baja intensidad, y pérdida de apetito y de peso».
Es por ello que esperar a que el cáncer dé síntomas o complicaciones suele ser demasiado tarde, por lo que los profesionales sanitarios reclaman programas de diagnóstico precoz para anticiparse y poder identificar el tumor en una fase inicial en la población de riesgo. «Lo que está demostrado es que el cribado es fundamental para diagnosticar los cánceres hepáticos en estadios tempranos. Es fundamental desestigmatizar la enfermedad y promover campañas de cribado a medida de las necesidades de los pacientes. El programa de cribado del Clínic está liderado por enfermeras, e identificaron que ajustar el horario de la ecografía a uno que no interfiera con el horario laboral de los pacientes aumenta la adherencia», continúa.
Patología biliar
En el caso del cáncer de vías biliares, el pronóstico sigue siendo muy adverso para esta patología, con un porcentaje de pacientes con supervivencia a los cinco años solo del 5% al 10%. Además, se trata de una enfermedad con escasas opciones terapéuticas y pocas mejoras en la supervivencia en las últimas décadas, que requiere de nuevas opciones de tratamiento eficaces.
«Una de las enfermedades más comunes son los tumores que se originan del epitelio de las mismas. Estos reciben el nombre de tumores de la vía biliar, son un grupo heterogéneo de pacientes que incluyen tumores de la vesícula biliar, ampulomas o colangiocarcinomas», cuenta la Dra. Teresa Macarulla, médico del Servicio de Oncología Médica del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, y jefa de la Unidad del Programa de Cáncer Gastrointestinal.
Las causas, prosigue, pueden ser diversas: «En Occidente, en la mayoría de casos se desconoce qué origina este tumor. Hay algunas causas que las pueden favorecer como las inflamaciones crónicas. Un ejemplo serían las piedras en la vesícula.
Además, aunque el tumor de la vía biliar no es frecuente (en nuestro medio se registran 6,1 casos por 100.000 habitantes/año), este tipo de patologías están creciendo: «En los últimos años hemos visto un aumento de la incidencia del colangiocarcinoma intrahepático. El motivo podría ser el mejor diagnóstico de esta enfermedad», confirma. Y, pese a que no se puede prevenir su aparición «dado que no tenemos bien identificadas las causas de esta enfermedad en la mayoría de los pacientes», recomienda hacer ejercicio, comida sana con vegetales y frutas, no fumar, no exceso de alcohol. Y «en los pacientes que tiene piedras en la vesícula biliar se recomienda la colecistectomía profiláctica», concluye.
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