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El arte de vivir

Sabiduría y felicidad son conceptos sinónimos.
Sabiduría y felicidad son conceptos sinónimos.123RF123RF

Interrumpo, la serie de articulillos dedicados a los medicamentos, elixires, buenas costumbres alimenticias y demás mandangas para hablar, ni más ni menos, del arte de vivir. Hace un mes y algunos días cumplí nada menos que 83 años. Tierna edad, ¿no? No me apeo de la de la brecha, de la búsqueda de la felicidad y –si la presentación no te enoja, lector y amigo– también de la sabiduría, que puede ser un don del karma o, por el contrario, el fruto de un laborioso aprendizaje. Sabiduría y felicidad son conceptos sinónimos y, para ser simultáneamente sabio y feliz, feliz y sabio, nada mejor que la ancianidad. Horrible nombre, pero… Es este de hoy un buen momento para ofrecerle, lector, desde lo alto de mi columna de estilita, con humildad y sin arrogancia, un puñado de consejos. Son los que siguen. Uno: da a tu prójimo más de lo que espera y no esperes tú absolutamente nada a cambio. Dos: aprende de memoria tus poemas favoritos. Tres: no creas en nada, no creas a nadie. Cuatro: no ahorres. No ganes más de los que necesitas. Aplícate el Sermón de la Montaña. Cinco: no consumas. Seis: concéntrate en el ser y/o en el hacer. Olvídate del tener. Siete: no digas nunca te amo sin que sea verdad. Ocho: si dices lo siento mira a los ojos de la persona que te escucha. Nueve: no te burles de los sueños ajenos. Diez: sueña también tú, pero no transformes tus sueños en objetivos. El consejo es de Kipling. Once: telefonea todos los días a tu madre. Doce: no mientas. Trece: sostén todas las noches durante unos segundos tu mirada en el espejo. Catorce: no tengas celos. Recuerda que nadie pertenece a nadie. Quince: no confundas el sexo con el amor. Dieciséis: no confundas la fidelidad con el amor. Diecisiete: no confundas el matrimonio con el amor. Dieciocho: arriesga siempre. Morir no importa. Diecinueve: imagina la muerte y reconcíliate con ella. Veinte: y, sin embargo, no tengas prisa en morirte. Veintiuno: no aceptes medallas ni homenajes. Veintidós: si juegas, no hagas trampas. Es ridículo. Veintitrés: sé desobediente, pero no irresponsable. Veinticuatro: ríete de todo. Veinticinco: nunca respetes la ley, sino tu ley. Veintiséis: transgrede, rompe tabúes, adéntrate en lo desconocido. Veintisiete: no tengas miedo. Veintiocho: recuerda que tu carácter es tu destino. Veintinueve: recuerda también que en la rosa de los vientos de la vida existe el norte. Treinta: por último, no sigas al pie de la letra mis consejos. Verifícalos.