Cómo quitar el color amarillento de la ropa blanca usando sal: el truco paso a paso

Mantener la ropa blanca en perfecto estado no siempre es tarea fácil. Con el paso del tiempo y los lavados, muchas prendas acaban adquiriendo un tono amarillento que les hace perder su aspecto original. Afortunadamente, existen remedios caseros sencillos y efectivos para devolverles su blancura. Uno de los más populares y sorprendentes es el uso de sal, un ingrediente que todos tenemos en casa.

¿Por qué la ropa blanca se pone amarilla?

La decoloración en la ropa blanca puede deberse a múltiples factores: el sudor, el uso de desodorantes, los detergentes agresivos o el simple envejecimiento del tejido. Estos residuos se acumulan en las fibras, generando ese tono amarillento tan difícil de eliminar con un lavado normal.

El truco de la sal: económico y eficaz

La sal de mesa, además de ser un condimento básico, tiene propiedades que ayudan a eliminar manchas y a suavizar el agua durante el lavado. Combinada con otros ingredientes naturales, potencia su efecto blanqueador sin dañar los tejidos.

Paso a paso: cómo aplicar el truco

Ingredientes:

• 1 taza de sal (preferiblemente sal gruesa)
• 1/2 taza de bicarbonato de sodio
• Jugo de 1 limón
• Agua caliente

Instrucciones:

• Prepara la mezcla: En un recipiente grande con agua caliente, añade la sal, el bicarbonato de sodio y el jugo de limón. Remueve bien hasta que todos los ingredientes se disuelvan.
• Remoja la prenda: Introduce la ropa blanca amarillenta en la mezcla y déjala en remojo durante al menos 1 hora. Si las manchas son muy intensas, puedes dejarla más tiempo, incluso toda la noche.
• Lava como de costumbre: Después del remojo, lava la prenda en la lavadora con tu detergente habitual. Si lo prefieres, puedes añadir una cucharada adicional de sal al tambor para potenciar el efecto.
• Secado al sol: Siempre que sea posible, seca la ropa al sol. La luz solar también ayuda a blanquear de forma natural los tejidos blancos.

¿Funciona con todo tipo de telas?

Este truco es ideal para prendas de algodón y tejidos resistentes. No se recomienda para ropa delicada o sintética sin antes hacer una prueba en una zona poco visible.

Un método natural y sin químicos agresivos

A diferencia de los blanqueadores industriales, esta solución casera no contiene productos abrasivos, lo que la convierte en una opción segura y respetuosa tanto con tu ropa como con el medioambiente.